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Reportaje:19ª jornada de Liga

Agüero saca los colores a Koeman

El Atlético derrota de modo agónico a un Valencia cuyo técnico decidió jugar sin delanteros

Cuesta creer que Koeman tuviera intención de perder el partido. Pero lo pareció. Tan absurdo pensamiento nace del empeño del técnico holandés en presentar una alineación surrealista, en la que el único futbolista con pinta y maneras de delantero juega de lateral derecho; en la que el jugador que actúa en punta es el extremo derecho; en el que el mando del equipo lo llevan un fornido central reciclado, Marchena, de limitada imaginación, y un chaval recién salido de la escuela, Montoro. Ya en el último partido de Copa, ante el Betis, Koeman apostó por semejante dislate. Le salió bien, cierto. Y Joaquín cumplió su cometido como delantero, firmando dos goles. Pero lo de ayer era otra historia, en la que se demostró que jugar sin delanteros es, sencillamente, una majadería. Porque quien estaba ayer enfrente era el Atlético, un equipo que ha limado sus carencias defensivas y que en ataque es una máquina. Y que tiene a un futbolista enorme, obsesivo en la tarea, constante en el empeño, rápido, vibrante, imparable, espectacular. Sergio Leonel Agüero. Le llaman el Kun.

ATLÉTICO 1 VALENCIA 0

Atlético: Abbiati; Perea, Pablo, Eller, Antonio López; Maxi Rodríguez (Luis García, M. 90), Cleber, Raúl García, Simao; Agüero y Forlán (Reyes, m. 71). No utilizados: Falcón; Valera, Miguel, Pernía y Mista.

Valencia: Hildebrand; Arizmendi, Albiol, Helguera, Moretti; Marchena, Montoro (Banega, m. 46); Mata (Zigic, m. 46), Baraja (Vicente, m. 79), Silva; y Joaquín. No utilizados: Mora; Caneira, Edu y Sunny.

Goles: 1-0. M. 28. Hildebrand choca con Helguera cuando salía a por un balón colgado y Agüero empuja.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Albiol, Marchena, Cleber, Simao, Eller y Antonio López.

Uno 50.000 espectadores en el Calderón.

El gol del 'Kun' premió el espectacular arranque rojiblanco, que debió sentenciar
Zigic, que vivió medio partido en el banquillo, mandó dos balones a los palos
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Terapia suspendida

A los 35 minutos Koeman, vistos los hechos, decidió cambiar el insípido discurso de su equipo. Zigic, el serbio que cada vez que juega de titular mete goles a pares (lo que para cualquiera menos para Koeman debería tener mérito) salió a calentar. El Valencia estaba siendo arrollado por un Atlético salvaje. Que mordía, que movía el balón a la velocidad de la luz, que jugaba desatado. Se encontró con una falta al borde del área que Antonio López colocó con su pierna izquierda en la escuadra. Hildebrand voló, tocó el balón con los dedos y logró mandarlo al poste. Al instante, Agüero soltó un zapatazo y el portero del Valencia volvió a llegar donde era imposible llegar para enviar la pelota al larguero. El Atlético se estrellaba contra la madera y contra Hildebrand. Pero ocurrió que al portero por el que Koeman ha mandado a Cañizares al sofá de su casa se le ocurrió medir mal su salida al área grande, en un balón colgado desde la derecha. Ahí se fue Hildebrand, a atrapar el centro aquél, sin percatarse de que en su camino estaba Helguera. Chocaron ambos, el balón se le escapó de las manos al portero y cayó en los pies de Agüero, que empujó. El gol premió el espectacular inicio del Atlético, que siempre tuvo el balón en su poder y que sólo echó de menos a sus extremos, pues Maxi no apareció y Simao fue demasiado intermitente.

En el descanso, por fin, Koeman rectificó. Hizo debutar al argentino Banega para que cocinara el fútbol del equipo y colocó en escena a un delantero, a Zigic, una decisión dictada por algo tan común como el sentido común. Todavía tardó un rato el Valencia en despertar, lo que pudo aprovechar el Atlético. Lo evitó Hildebrand, que le sacó un mano a mano a un desesperado Forlán.

Y de repente, el Valencia se hizo presente. Banega, que al menos demostró que sabe ofrecerse, tocar y volverse a ofrecer, cogió el mando y, ya sí, con Joaquín en el sitio de Joaquín y Zigic en el de Zigic, no en el banquillo, el Valencia se desmelenó. Bareja remató con la uña, la pelota botó en un pedazo de hierba y se fue fuera. Al instante, Zigic lanzó con todo y estrelló el balón en el larguero. Y al rato, el inacabable delantero remató de cabeza un córner y la pelota se fue hacía el poste no sin antes golpear en el codo de Antonio López.

El Atlético se echó atrás (a lo que ayudó que su técnico optara por prescindir de Forlán) y vivió aterrorizado el resto de minutos. Huérfano de socios, Agüero se empequeñeció. Y el Valencia, lanzado. Helguera cabecea fuera, Abbiati saca de milagro el disparo del propio Helguera, y Eller, bajo palos, el de Moretti, y Hildebrand que sube a rematar un córner, y el Valencia golpeando, y el Calderón tiritando, y el empate, y la vida, que se le van al Valencia, con Koeman, quizá, preguntándose por qué decidió tirar a la basura medio tiempo, medio partido, el que disputó el Valencia con una alineación de juzgado de guardia.

Agüero dispara desde el suelo.
Agüero dispara desde el suelo.ÁLVARO GARCÍA
Los rojiblancos se imponen con mucho sufrimiento al Valencia gracias a un gol de Agüero.Vídeo: ELPAIS.com

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