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Reportaje:DIÁLOGO ECHÁVARRI-UNZUE | Ciclismo

"Hemos tenido fortuna, pero mucha fortuna"

José Miguel Echávarri, en vísperas de despedirse del ciclismo, y Eusebio Unzue charlan de 30 años de pasión compartida al frente del equipo que ganó siete Tour

Carlos Arribas

Sin embargo, José Miguel Echávarri (Abarzuza, 1947) y Eusebio Unzue (Orcoyen, 1955) han convivido durante 30 años al frente del equipo ciclista con más personalidad. Un equipo que hizo descubrir el Tour a los españoles de una generación descreída. Entre ambos han amamantado a lo mejor de la última historia del ciclismo español: José Luis Laguía, Ángel Arroyo, Julián Gorospe, Perico Delgado, Miguel Indurain... Por eso quizás la mejor metáfora es la que propone Unzue: "Hemos funcionado bien porque José Miguel era el freno y yo el acelerador del mismo coche". Esa imagen, también, ahora que Echávarri, la prudencia, se está alejando poco a poco y dejando las decisiones en manos de Unzue, el ardor, se convierte en una duda. ¿Hacia dónde irá el Caisse d'Épargne, el equipo de Valverde y Pereiro, el equipo que ha ganado al menos un Tour con cada uno de sus sponsors -Reynolds, Banesto, Illes Balears, Caisse d'Épargne-, en los tiempos que corren para el ciclismo? Antes de responder, Echávarri y Unzue, se han juntado a conversar para EL PAÍS y trazar la historia de un equipo que comenzó como una ilusión de chavales.

"Nos dimos cuenta de lo que teníamos con Indurain cuando ganó los Valles Mineros"
"Hemos tenido cuatro 'sponsors' y a cada uno le hemos dado al menos un Tour"
"Determinante fue don Juan García Barberena, de Reynolds, más que nada un mecenas"
"Cuando tienes en el equipo un genio como Miguel, tampoco es tan difícil dirigirlo"
"Mucha culpa de que Miguel pudiera aprender con calma la tuvo Perico"
"Cometimos equivocaciones, pero la mayor fue prescindir del equipo 'amateur
"No hemos hecho historia, hemos tenido la suerte de convivir con gente que sí"
"El ProTour ha matado al ciclismo sentimental. Ahora todo es mercantil"
"¿Qué habría hecho Miguel en otro equipo? Seguro que habría ganado mucho"

José Miguel Echavarri. Somos una pareja longeva. Y el comienzo nos lo dieron hecho. El equipo, el patrocinador, lo tenía él y vino a mi casa a buscarme.

Eusebio Unzue. Era el Reynolds amateur. En el equipo profesional, quien puso los motivos fue José Miguel con la ayuda de Miguel, de Irurzungo, y la bendición de don Juan García Barberena.

J. M. E. En aquellos momentos, él estaba con los piensos y yo de camarero en el hostal de mis padres... Y..., los 30 años hay que dividirlos en décadas, yo la vida la divido en décadas. Infancia adolescencia, formación, familia, y a partir de ahí, lo que Dios quiera. Y en el equipo, la primera década fue de ingenuidad, de ilusión, de aprendizaje. La segunda, muy exitosa, olimos el triunfo, con cambio de sponsor; y la tercera, de dignidad, de mantenimiento. Y no sé cuál era el objetivo, porque no pensábamos que íbamos a estar aquí 30 años más tarde.

E. U. Teníamos en común que como ciclistas no habíamos llegado. Yo, por supuesto, mucho menos, porque me paré en juveniles.

J. M. E. A nosotros lo primero que nos interesaba era estar cerca de casa, coger a los de casa, los chavales que daban sentido a la aventura.

E. U. Durante muchos, muchos años, en nuestra historia hubo más de aventura que de perseguir un fin.

J. M. E. Entonces, era la época del declive del Kas. Yo, con Urraca, su gerente, tenía confianza y me atreví a escribirle una carta. "¿Qué pasa, Juanjo? Esto no va, esto hay que cambiarlo, ¿qué se puede hacer?" No era una crítica, era más un acto inocente".

E. U. Había que reaccionar.

J. M. E. Nosotros hemos sido siempre muy respetuosos con cada momento que hemos vivido. Lo hemos intentado. Aunque algunos lo hayan traducido como curas. Mira, los curas.

E. U. Nuestra colaboración comienza un poco compartiendo el equipo con nuestro trabajo en casa.

J. M. E. Y podíamos hacerlo porque había un grupo en Reynolds, Peluso, Chapas, Pedro Mari, que eran puro corazón.

E. U. Determinante en nuestra historia fue don Juan

[García Barberena, el director de la fábrica de Reynolds en Irurzun], que fue más mecenas que sponsor.

J. M. E. Pero no sólo era idealista. También fue realista. En el año 87 se dio cuenta de que los precios subían y de que los costos no podía asumirlos.

E. U. Y llegó el momento en que el proyecto ya desbordaba sus límites y se prestó a hacer el puente, a buscarnos otro patrocinador, Banesto.

J. M. E. Recuerdo el miedo que había en España en el año 82, cuando los socialistas ganaron las elecciones. Don Juan veraneaba en Oropesa y un día fui a comer con él. Me acuerdo de que le dije: "En estos momentos tenemos los cuatro apóstoles, Laguía, Perico, Arroyo y Gorospe. Hay que invertir ahí. Si quiere, y le interesa, es el momento". Y el hombre, como cualquier empresario, dudaba ante los cambios que se avecinaban, pero, no obstante, y antes incluso de las elecciones del 28 de octubre, en la Volta a Catalunya, pudimos renovar a todos. Tuvimos un sostén que se guiaba más por la confianza de la gente que por los resultados. Y ahora no existe eso. Ninguna empresa actúa así.

E. U. Y en el 82 ganamos nuestra primera Vuelta.

J. M. E. Allí recuerdo a Luis Ocaña, que ya estaba de comentarista, y decía que el equipo que tenía que ir al Tour era el Reynolds. Se cumplía lo que yo le había dicho a don Juan: al tercer año podremos tener el equipo que queremos. En el tercer año ganamos la Vuelta. Y en el 83 vimos que el Tour buscaba internacionalidad, con los colombianos, los rusos y todo eso... Y además teníamos la suerte de tener a un fenómeno, que era Ángel, y ganamos la popularidad de Perico.

E. U. Y desde entonces nos quedamos asociados a la imagen del Tour.

J. M. E. El Tour nos marcó mucho. Eran todavía años de aprendizaje, hemos estado diez años aprendiendo. Todo era intuición. Y tuvimos la suerte de contar siempre con gente muy carismática, empezando por Pedro, Laguía. Los chavales les hicieron sus ídolos, y eso nos facilitó mucho el trabajo. Y nuestros propios corredores comenzaron a ser solicitados por otros equipos. En el 85 se nos fue Pedro, se nos fue Arroyo... pero detrás había una escuela y siempre había gente joven con la que trabajar y de nuevo teníamos que esperar. La paciencia siempre ha sido una virtud. En el 84, había un corredor muy majo que era Iñaki Gastón... y luego Miguel que, de una manera silenciosa, estaba presente. Hay una frase antológica de Eusebio cuando dijo que Miguel ganaría antes un Tour que una Vuelta. Sobre todo nos dimos cuenta de lo que teníamos cuando ganó los Valles Mineros. ¡Los Valles Mineros!

E. U. Miguel nos iba dejando mensajes de su potencial, como nos los dieron Perico en sus primeras carreras o Arroyo en el Joux Plane... mensajes que te decían que estos tíos eran diferentes. Y de Miguel, sobre todo, lo que recuerdo es el campeonato de España amateur en 1983. Miguel tenía 18 años: 32 escapadas y él estuvo en las 32. Llega y gana al sprint a Jokin Mújica, que entonces era la gran figura. J. M. E. Cuando tienes un genio en el equipo, tampoco es tan difícil dirigirlo. Él mismo maneja el pelotón, sabe cómo hacerlo. Miguel, desde que le explicaban el Tour, ya sabía dónde tenía que atacar el año siguiente. Miraba el recorrido y ya sabía si tenía que empezar más en forma o más tranquilo. Y mucha culpa de que Miguel pudiera aprender todo con calma la tuvo Perico. Nosotros estábamos en Francia, fue nuestro primer Tour... Pedro y Arroyo eran los estandartes, los que justificaban los resultados mientras permitían que gente joven como Miguel pudieran aprender.

E. U. No puedo dejar de pensar que hemos tenido un tanto por ciento de fortuna, ¡pero mucha fortuna!

J. M. E. Gran parte de esa fortuna es por la continuidad de los sponsors. Hemos tenido muy pocos sponsors en 30 años, y eso es una lección de futuro para los que quieran apostar por el ciclismo, que quisieran aprenderlo. No se trata de inmediatez. Con la garantía del tiempo, al final el joven se hace maduro y crece.

E. U. A José Miguel lo he considerado un poco osado. No sé si eran los tiempos, no sé si eran acertadas las elecciones... Pero tengo claro que durante nuestro ciclo una cosa clave ha sido la confianza de quien ponía el dinero. Y eso sumado a la osadía de José Miguel, que obsesionó a sponsors, a la estructura, a todo el grupo que estábamos alrededor de él, por una carrera que fue el Tour.

J. M. E. Está claro que gran parte de la culpa de que Perico pudiera ganar la ha tenido Gorospe. Mientras Gorospe era el centro de la atención, el otro trabajaba y aprendía en la sombra. Y luego lo mismo ocurrió con Miguel. Pero también ha habido otros chavales que han salido de nuestro equipo y han corrido y corregido problemas o defectos en otros equipos. Corredores como Mauri, Rubiera, Igor Galdeano o Valverde. No tenemos que olvidar que no hemos sido los únicos de la historia.

E. U. Que hemos estado 30 años, que en ellos da tiempo a hacer alguna cosa buena y muchas malas...

J. M. E. Y en España siempre ha habido equipos con mejores resultados. Ahí está la historia. El ONCE, que tuvo mucho mérito...

E. U. Manolo era otro osado, como nosotros, 15 años después y con una sobredosis mayor todavía. Una gran rivalidad.

J. M. E. Ahora en la distancia es como cuando le ves a José María García que pide perdón en Pamplona, pero en aquel momento sí que dolía mucho. Ahora al final del camino ves que él tenía sus ideas, que nosotros las nuestras y que a veces no coincidían. El equipo Reynolds amateur, y luego el Banesto, era un referente, como hay muchos otros. Sin embargo, nos obligaron a quitarlo. No sé si Eusebio lo comparte, pero creo que el prescindir de un equipo amateur fue una de las decisiones erróneas que hemos tenido.

E. U. En la época después de Miguel, tomamos esa decisión porque el ciclismo también tenía otro prisma. Hoy, quizás, en la segunda división, tendría más sentido. Entonces no había ese espacio intermedio. Era una época en la que los amateurs buenos pasaban directamente a profesionales. Y llegaba un momento en que a todos no los podías pasar. Encima coincidió que alguno de nuestros corredores de referencia amateur, Sastre, Morrás, se fuera a otros sitios. Y ese fue un poco el detonante. Totalmente de acuerdo con José Miguel, ha sido la decisión más equivocada.

J. M. E. El corredor ha dejado de tener una relación emocional con el equipo para dar lugar a una más mercantil. Eso lo he llevado bastante mal. No puedes evitar, de toda manera, enamorarte de algún ciclista. Aunque los tiempos cambien. No estoy tan a gusto con los nuevos tiempos.

E. U. En los tiempos actuales se ha invertido el orden. Antes tenías corredores y lograbas sponsors. Ahora tienes sponsor y te sobran corredores.

J. M. E. El ciclismo sentimental está agotado porque te han obligado a agotarlo las propias organizaciones cuando te obligan a tener en plantilla a veintitantos corredores, ¿pero adónde vamos? Cuando te obligan a correr 200 días al año, ¿pero adónde vas? No es una carta, esto es un menú obligatorio.

E. U. Y lo que ha pasado con Pereiro. Es histórico. En 104 años de Tour, nunca han dado el maillot año y medio después de ganar el Tour. Tiene un mayor peso el valor de lo que te has privado, cuando, además, ya lo habíamos conocido con anterioridad, y, sobre todo, lo siento por Óscar y el sponsor. Nosotros, al final podemos decir que hemos disfrutado de esa experiencia. Pero ellos, ni emocional, ni económicamente pueden decir lo mismo. Al final lo que ves es que llegamos con 18 y 25 años. Arranca una historia con un equipo amateur que al poco pasa a profesionales. Pasas momentos difíciles en este deporte. Históricos que se han marchado. Sobrevives. Pasas la época Reynolds. Luego Banesto...

J. M. E. Creo que lo más importante es que hemos tenido la suerte de haber convivido con gente que ha hecho historia.

E. U. No sé si es tan importante lo que hemos hecho...

J. M. E. No, no creo. Nos ha caído lo que nos ha caído y lo hemos hecho. Yo siempre digo que hay una incógnita que nunca llegaremos a saber: cuánta gente ha habido que ha pasado por nuestro equipo, muy disimuladamente, y que ha podido ganar el Tour con nosotros y no lo ha ganado. ¿Perico pudo ganar más Tours? Sí. Ganó uno. ¿Miguel? Pasó a la historia ganando cinco. Y el bueno de Óscar se ha permitido el lujo de ganarlo con nosotros. No sé si lo hubiera ganado en otro sitio. Eso es un poco lo que me queda después de vivir con gente que ha hecho historia. ¿Qué hubiera pasado con Miguel en otro equipo? Seguro que hubiera ganado mucho. ¿Habría ganado más? No lo sé. ¿Habría ganado menos? No lo sé. Lo que si sé es que lo que ganó con nosotros fue excepcional.

Unzue y Echávarri, durante el Tour de 1996, el que no ganó Indurain.
Unzue y Echávarri, durante el Tour de 1996, el que no ganó Indurain.SANTOS CIRILO
Los tres que ganaron siete Tours dirigidos por Echávarri y Unzue: Perico (1988), Indurain (1991-1995) y Pereiro (2006), de izquierda a derecha.
Los tres que ganaron siete Tours dirigidos por Echávarri y Unzue: Perico (1988), Indurain (1991-1995) y Pereiro (2006), de izquierda a derecha.REUTERS / M. ESCALERA

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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