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Reportaje:

Abertis se reinventa en Italia y Portugal

El grupo de infraestructuras reorienta sus apuestas en ambos países, tras aparcar, por el momento, las autopistas

Abertis, controlado por Criteria (La Caixa) y ACS, ha encajado en pocos meses dos reveses que frenan y modifican sus planes de crear un gran operador de infraestructuras europeo, con presencia importante, además de España, su cuna, en Francia, Italia y Portugal. En el país transalpino, una maniobra nacionalista del Gobierno de Prodi le ha impedido alumbrar el mayor grupo de infraestructuras del mundo por capitalización y número de kilómetros gestionados -"cuyo primer accionista, por cierto, hubiera sido italiano", recuerda una fuente de Abertis- junto a Atlantia, la antigua Autostrade, operación que contaba con el visto bueno de su principal accionista, la familia Benetton.

A orillas del Atlántico, ha sentado como un tiro que Abertis haya elevado sin avisar su peso en el operador de autopistas portugués Brisa, en cuyo capital ha pasado de controlar el 10% a un 14,58%. La concesionaria lusa, controlada por la familia Mello, ha decidio romper el acuerdo que mantenía con Abertis y tiene intención de expulsar a Isidre Fainé del Consejo de Administración de Brisa en la próxima junta de accionistas, según Diario de Noticias de Lisboa.

Abertis podría quedarse con una participación financiera en Atlantia y confía en una unión amistosa "algún día" con la portuguesa Brisa

Corredor de fondo

¿Significan esas chinas en el zapato de Abertis que ésta vaya a replegarse en esos países? Rotundamente no, pero la obliga -eso sí- a cambiar de estrategia. Son dos contratiempos y si de algo presume Abertis es de tener tiempo. "Somos un corredor a largo plazo, no tenemos prisa", reiteran una y otra vez en el operador de infraestructuras español. Se lo puede permitir: su diversificación (autopistas, telecomunicaciones, aeropuertos, aparcamientos y logística) está focalizada en negocios con un Ebitda (beneficio operativo bruto) muy seguro y alto, al tratarse de concesiones a largo plazo.

Eso da pie a Abertis a intentar subir la montaña por otra cara si no logra alcanzar la cima por la elegida inicialmente (las autopistas). Utilizando un símil futbolístico, lo importante es jugar, con independencia de la demarcación. Y aunque, oficialmente, Abertis no considera los infortunios de Italia y Portugal como "piedras en el camino", fuentes internas sí admiten el chasco: las autopistas generan el 76% de los ingresos del grupo y el 87% del Ebitda, que en el tercer trimestre de 2007 han alcanzado, respectivamente, 2.750 y 1.782 millones de euros, lo que representa, en ambos casos, un crecimiento del 10% interanual.

La estrategia de crecimiento de Abertis, que requiere una posición sólida en los países centrales de Europa para poder afrontar con más garantías de éxito su expansión por tierras americanas (EE UU, México y Latinoamérica), no pasa tanto por los negocios como por la identificación de países. Una vez elegido, acomete una gran operación, con una masa crítica importante y "nos extendemos como una mancha de aceite", explica en más de una ocasión el presidente de Abertis, Salvador Alemany.

Establecer una cabeza de puente y extenderse. Es lo que está haciendo Abertis en Francia, donde aterrizó entre finales de 2005 y principios de 2006 como el único grupo extranjero en gestionar una concesión de autopistas, Sanef, con más de 1.700 kilómetros, 200 más que en España. Hace un año, aumentó su presencia en el país galo con la compra de un tercio de Eutelsat, el tercer operador de satélites del mundo, lo que constituyó su entrada en el sector, que ha aumentado en España con Hispasat. Y sigue dispuesta a extender su dominio. El grupo está estudiando, por un lado, participar en la adjudicación de la gestión de aeropuertos regionales (Lyon, Marsella, Burdeos, Toulouse). Por otro lado, ha creado dos joint ventures (empresas mixtas) con Sanef. Una para identificar oportunidades para construir parques logísticos en áreas cercanas a su red de autopistas y otra para entrar en el mercado de aparcamientos, a través de su filial Saba.

En Italia y Portugal, Abertis no podrá replicar el modelo francés. En enero, el grupo español resolverá la incógnita de Atlantia. Es el momento en que vence el plazo para reeditar el pacto entre accionistas de Schemaventotto, la sociedad de control de la antigua Autostrade. Alemany ya ha dicho que una eventual operación en los mismos términos no es planteable a corto y medio plazo, por lo que todo apunta que romperá con sus ocios y su participación en el grupo italiano, equivalente al 6,6%, pasaría a ser considerada financiera.

Pero hay vida más allá de Atlantia, recuerda el presidente de Abertis, Isidre Fainé. El grupo de infraestructuras es el primer operador de aparcamientos del país transalpino, con 40.000 plazas, y tiene el ojo puesto en las 18.500 antenas de telefonía móvil que han puesto en venta las operadoras Wind y 3 Italia, en una operación valorada en unos 2.000 millones de euros. Abertis tiene intención de pujar en el proyecto, denominado Eiffel, a través de un consorcio con socios locales.

Aparcamientos y logística

En paralelo, la compañía ha promovido recientemente una vista de la alcaldesa de Génova, Marta Vincenzi, al Puerto de Barcelona para conocer de primera mano su actividad logística y contemplar alguna operación en este ámbito en la ciudad italiana y su área de influencia.

En Portugal, donde Abertis está presente en autopistas desde 1998, confía en una unión amistosa con Brisa "algún día", según ha manifestado Alemany, que rechazó la formulación de una oferta pública de adquisición de acciones (OPA). La intención de aumentar su participación en Brisa responde antes a una función estratégica: evitar que un tercero pueda lanzarla. La presencia del grupo que controla La Caixa tiene también sentido financiero. "Es muy rentable, entramos en Brisa en 2002 con 300 millones de euros y hoy la participación vale 600 millones", explica un portavoz de Abertis, que apela, una vez más, al papel del "corredor de fondo".

Mientras tanto, Abertis gestiona 16.800 plazas de aparcamiento en seis ciudades lusas, tiene en marcha una plataforma logística de 370 millones de euros en el norte de Lisboa y está interesada en los concursos para la implantación de la televisión digital terrestre (TDT), previstos para 2008, y en el proyecto de privatización de ANA, la AENA portuguesa y el nuevo aeropuerto internacional de Lisboa.

La compañía quiere comprar en breve la red de autopistas de ACS en Chile

Chile es el país latinoamércianao donde la presencia de Abertis es más notable y uno de los que mejor refleja la capilaridad del grupo español. Acaba de invertir 16,5 millones de euros en la adquisición de un nuevo aparcamiento junto al emblemático Palacio de la Moneda de Santiago y tiene un acuerdo para invertir 186 millones de euros en 10 años en la construcción de un parque logístico de 63 hectáreas en la capital que está previsto que entre en funcionamiento en 2009.

La compañía espera "mover ficha pronto" para comprar la red de autopistas que ACS tiene en el país andino. Hace un año, las cuatro infraestructuras estaban valoradas en alrededor de 1.000 millones de euros, según la prensa local.

La operación tiene sentido, al ser ACS accionista de Abertis y al haberle vendido hace tres meses la sociedad DCA, holding de compañías con intereses en 15 aeropuertos en México, Jamaica, Chile y Colombia. Abertis opera en el mercado aeroportuario a través de TBI.

En el continente americano, Abertis también está "chequeando" oportunidades en Brasil, ante las posibilidades de privatización de autopistas y aeropuertos, y en Estados Unidos, donde gestiona varios aeropuertos pequeños, tiene previsto presentar -también del brazo de socios locales- una oferta por la privatización de una autopista en Pensilvania de 800 kilómetros.

Abertis considera EE UU un país emergente para sus negocios, debido al déficit en infraestructuras y en el mantenimiento de éstas, debate que puso sobre la mesa el hundimiento el pasado 1 de agosto de un puente sobre el río Misisipi en Minneapolis.

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