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El Salón del Tunning pierde casi el 40% de sus visitantes

El tunning (modificación de los coches de serie) ha pasado de moda. Ésta es la conclusión que se puede inferir de la afluencia que ha registrado la cuarta edición del Barcelona Tunning Show, en la Fira de Barcelona, que ayer se clausuró. Esta edición ha sido visitada por 50.000 personas, 30.000 menos que la de 2006, lo que supone una caída del 37,5%.

Ni los 300 vehículos personalizados, ni el top-100 de los coches tuneados, ni las muestras de conducción extrema o las demostraciones de tunning en directo han conseguido reducir la pérdida de gancho del fenómeno. "La clave ha estado en que antes venía mucha más gente ajena a este mundo, atraída por la novedad", apuntan portavoces del salón. "Ahora los que nos visitan son los aficionados de toda la vida, gente iniciada", indican las mismas fuentes.

El bajón del Barcelona Tunning Show estaba anunciado: "Se ha confirmado la tendencia del mercado: antes muchos talleres se pasaron a tunneo para aprovechar el tirón y ahora la tendencia es a la inversa". Ahora toca sentarse a buscar nuevas fórmulas para recuperar visitas.

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