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El Banco de Terras nace para poner en cultivo 100.000 hectáreas baldías

La Xunta garantiza el cobro del alquiler y la devolución del terreno a su dueño

El Banco de Terras de Galicia, el nuevo organismo creado por la Xunta para garantizar nuevas extensiones de tierras hasta ahora infrautilizadas a ganaderos y agricultores, inscribió ayer su primera finca. Una parcela de hectárea y media de terreno que se alquila por 181 euros al año en la parroquia de O Salvador, ayuntamiento de A Pastoriza. La inscripción en el registro web la acometieron, con algún fallo técnico, el conselleiro de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal, y el vicepresidente, Anxo Quintana, ante el aplauso de sindicalistas agrarios y los flashes de los medios de comunicación.

El minifundio en Galicia provoca que la superficie útil agraria sea el 25%

El Gobierno gallego espera que este instrumento, que garantiza el cobro del alquiler y la devolución del terreno en perfectas condiciones al propietario que cinsienta en el arriendo, sirva para colocar en el mercado durante los próximos cuatro años más de 100.000 hectáreas de terreno hasta ahora sin cultivar. El precio medio calculado para el alquiler es de 134 euros al año por hectárea. Medio Rural prevé que unas 10.000 explotaciones se beneficiarán de este nuevo contrato que se estrena de modo experimental este año en las comarcas de Ordes, Terra Cha, A Limia, O Deza y Baixo Miño.

Según el conselleiro Alfredo Suárez Canal la medida rompe con el "estrangulamiento" que coartaba la rentabilidad del sector primario y permitirá ampliar la base productiva de miles de explotaciones agrícolas y ganaderas. El Banco de Terras funcionará como una agencia de alquiler impulsada por la Xunta, que ejerce de árbitro, ofreciendo garantías de cobro al propietario, para dinamizar el mercado del suelo en el rural para fines agrícolas y ganaderos. Un plan de choque contra el minifundismo físico y cultural que monopoliza el campo gallego y que impedía crecer a muchas granjas y haciendas por falta de terrenos.

Según los datos de Medio Rural, a pesar de que Galicia es la comunidad española con mayor peso del sector primario, la superficie agraria útil apenas representa un 25% del total, cuando los porcentajes en Europa superan el doble. De las 900.000 hectáreas de superficie agraria, sólo 730.000 son útiles, pero el 12% están desaprovechadas. Y la superficie media por explotación no llega a las nueve hectáreas, en contraposición a las 24 en el resto del Estado. Suárez Canal pronosticó que el Banco de Terras supondrá "enriquecimiento colectivo" para generar "riqueza donde sólo había abandono".

Después de registrar en el Banco de Terras (Bantegal) una segunda finca propiedad de la Xunta, Quintana, explicó lo "fácil, ágil y rápido" que resulta acceder al sistema, una operación que los arrendatarios podrán realizar desde casa a través de Internet en la página, www.bantegal.com, o en las oficinas agrarias comarcales dependientes de Medio Rural. Basta con introducir la referencia catastral y la autorización del propietario para poner la propiedad en el mercado. La web programa una base de datos que incluye cartografía con localizaciones fotográficas por satélite de las fincas en alquiler.

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El vicepresidente advirtió que la medida supone "una ruptura histórica con la tendencia al abandono del rural" y resume los tres principios del BNG dentro del bipartito: "compromiso con el país, valentía e inteligencia". El número dos del Ejecutivo defendió que Galicia no existiría sin el rural, y avaló el programa que servirá para "hacer país". En ese punto, Quintana recuperó algunas de las críticas formuladas por el Partido Popular al proyecto antes incluso de que éste viese la luz. Admitió que "meter mano" en determinadas cuestiones puede ser problemático en Galicia, pero negó que el Banco de Terras suponga una "colectivización de la propiedad" tal y como habían denunciado los populares.

Frente a las "manipulaciones" del PP el vicepresidente se esforzó en tranquilizar a los propietarios de los terrenos e insistió en que cuando expiren los contratos, que tendrán un mínimo de cinco años, las tierras volverán a los rentistas, a quienes animó a incorporar sus fincas al sitema productivo. Como ejemplo, citó la experiencia de muchos gallegos que no hace tantos años desconfiaban de los bancos y guardaban sus ahorros en "colchones o calcetines"· "Esto es igual que un banco, un banco público que ofrece todas las garantías", concluyó Quintana, quien recordó que su partido, el BNG, ha sido el primero que se ha metido a defender el interior de Galicia y "no sólo desde las páginas de su programa electoral".

"Sobran los golpes de pecho con el Medio Rural", dijo el número dos del Gobierno gallego, quien se mostró orgulloso de que el Banco de Terras haya cumplido con los plazos anunciados por la consellería de Medio Rural y de que vaya a poner en el mercado antes de que acabe el año 10.000 hectáreas de terreno que hasta ahora "estaba a monte". Su titular, Suárez Canal avanzó que ya ha detectado "muchísima demanda" no sólo de agricultores y ganaderos, sobre todo jóvenes, que tienen mucho interés por sobredimensionar sus granjas, sino también de muchos propietarios que aguardaban "una garantía pública y legal" para arrendar sus terrenos.

Entre los colectivos más interesados en el Bantegal citó a los jóvenes (Medio Rural quiere que 5.000 se incorporen al sector primario durante la presente legislatura) y los emigrantes, algunos de los cuales ya ha manifestado a la Xunta su interés por que sus propiedades empiecen a producir. El objetivo del Gobierno gallego es que la oferta de nuevas hectáreas sirva a las granjas que pretendan "aumentar su base productiva" y también a aquellas cooperativas que persigan incrementar su "base territorial".

Además de los terrenos que desde ayer ya pueden ser incorporados al registro de fincas en arrendamiento, el Gobierno gallego amenaza con incorporar predios en situación de grave abandono o propiedades descuidadas e improductivas que supongan un riesgo de incendio.

El precio de las tierras, que alcanzará los 134 euros al año de media, supone una rebaja de un tercio frente al importe inicialmente previsto, que Medio Rural se vio obligado a rebajar tras la protesta de los sindicatos del campo. El alquiler anual dependerá además del tipo de suelo, si se trata de huerta, viñedo, frutales, regadío, prados, pastizales o forestal y, sobre todo, de la zona donde esté ubicado. La factura de los arrendamientos han sido consensuadas por una comisión integrada por técnicos de las consellerías de Medio Ambiente, Política Territorial, Economía, Medio Rural, de la Federación Galega de Municipios e Provincias y de las organizaciones sindicales.

Según explicó Suárez Canal, su consellería potenciará las zonas con la población más envejecida que más han sufrido el éxodo rural y otorgará más facilidades a los jóvenes y mujeres que recibirán subvenciones y créditos para modernizar sus explotaciones. Asímismo, se facilitará el acceso a las tierras de las víctimas de la violencia de género.

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