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Oídos sordos al riesgo de una burbuja

Los inversores chinos -faltos de alternativas de ahorro, aficionados al juego, e inclinados a lo que parece dinero fácil- siguen desoyendo las voces de quienes advierten sobre la existencia de una burbuja, y se lanzan con apetito a cada oferta pública de venta (OPV) de acciones que llega.

Petrochina ha captado 66.800 millones de yuanes (6.190 millones de euros) con la colocación de los 4.000 millones de acciones en Shanghai, que representan el 2,18% del capital ampliado. La demanda superó casi 50 veces la oferta. Se trata de la mayor salida a Bolsa del mundo este año, y la mayor de la historia en China, y excede los 66.580 millones de yuanes logrados por la empresa del carbón Shenhua Energy el mes pasado. Los grupos chinos han protagonizado seis de las 10 mayores OPV del mundo este año, en las que han captando cerca de 30.000 millones de euros.

La Bolsa china subió un 130% en 2006, y este año lleva un alza del 110%. En las OPV del país asiático son tradicionales fuertes ascensos el primer día, dada la naturaleza especulativa de muchas de las inversiones. En esta ocasión, se suma, además, el habitual apetito de los compradores por participar en empresas reconocidas que cotizan en el extranjero.

Como otras compañías energéticas, Petrochina está realizando cuantiosas inversiones en campos de petróleo y gas, tanto dentro del país como fuera, para hacer frente a la demanda. Sus directivos han asegurado que van a utilizar unos 3.500 millones de euros de la OPV para financiar cinco proyectos destinados a incrementar la producción de crudo y la capacidad de refino. China es el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo, tras Estados Unidos, y depende en un 50% de las importaciones.

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