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Fin de semana
Columna
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10º aniversario

Lejos queda el día en que las paredes del Museo de Bellas Artes de Bilbao cedía paso a la fotografía como una expresión artística. Veintisiete años más tarde, este atrevimiento, entonces noticia, se ha convertido en requisito imprescindible para una exposición de arte contemporáneo. Así ocurre en Chacun à son gout, la muestra que se exhibe estos días en la tercera planta del Guggenheim con motivo del décimo aniversario de su inauguración.

Doce autores crecidos para el arte en el País Vasco y seleccionados por Rosa Martínez, codirectora de la Bienal de Venecia 2005, participan en esta colectiva. Sus trabajos expresan distintas inquietudes a través del dibujo, el vídeo, la instalación o la fotografía. La pintura y la escultura están formalmente ausentes o quizás diluidas. Sobresalen los aspectos fotográficos que están imbricados en la mayor parte de las actuaciones. Y ello de manera especial, es obvio, entre los que podemos considerar estrictamente fotógrafos.

Así, encontramos el trabajo de Elssie Ansareo (México DF, 1979). Instalada en nuestra tierra desde el inicio de sus ya bien acabados estudios universitarios, nos lleva al mundo del blanco y negro a través de diferentes retratos, género que viene trabajando con un acierto incuestionable.

Aitor Ortiz (Bilbao, 1971) se despacha con una exuberante instalación con paneles fotográficos basculantes para explorar y analizar los espacios arquitectónicos. Es el suyo un ensayo atractivo y complejo que se adentra a formas escultóricas.

Ixone Sadaba (Bilbao, 1977) presenta dos series totalmente diferentes. Cabe destacar Poetique de la disparition, resuelta con una finura que hace olvidar otras etapas menos afortunadas. Son cinco piezas en color para un cuerpo desnudo de mujer sobre una cama, que manifiesta con sus gestos, en forma de estelas difuminadas, lo que parecen ser distintos estados de ánimo.

Finalmente, Clemente Bernard (Pamplona, 1963) muestra distintas series de su labor fotoperiodística. Encontramos en blanco y negro a jornaleros andaluces ocupando el cortijo El Humoso. El color lo deja para la huelga petrolera contra Chavez en Venezuela o la de los presos turcos de la izquierda revolucionaria que dejan de comer en protesta por las cárceles donde estaban hacinados. El blanco y negro también está en una crónica gráfica de actualidad sobre el País Vasco donde se vuelven a repetir escenas harto conocidas y que inexplicablemente han generado un pequeño altercado político. En cualquier caso, un magnífico homenaje para un décimo aniversario.

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Chacun à son goût. Varios autores. Museo Guggenheim. Avenida de Abandoibarra, 2; Bilbao. Hasta el 3 de febrero. Horarios: de martes a domingo de 10.00 a 20.00; lunes, cerrado.

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