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Reportaje:

Conservar es rentable

La protección de Sierra Nevada genera más del 18% del empleo en la zona

Uno de los argumentos que suelen esgrimir ciertos colectivos para oponerse a la protección de un determinado territorio es el impacto económico negativo que este tipo de actuaciones origina. Cuando la administración tutela un espacio sobresaliente usando figuras como la de parque natural, sostienen estas voces críticas, se ven limitados numerosos aprovechamientos que impiden el desarrollo de los municipios afectados.

Por primera vez en Andalucía este argumento se rebate con indicadores objetivos. Por encargo de la Consejería de Medio Ambiente, la Sociedad de Estudios Económicos de Andalucía (Eseca) ha interpretado múltiples parámetros para medir las repercusiones socioeconómicas que se han derivado de la declaración de los parques natural y nacional de Sierra Nevada (Granada-Almería).

El estudio no incluye la actividad económica generada por la estación de esquí
Los municipios del parque han conseguido neutralizar el descenso de población

El estudio abarca el periodo 1989-2005 y se refiere a los 60 municipios (con más de 91.000 habitantes en total) que se disponen en las cerca de 170.000 hectáreas protegidas.

El balance demográfico es el primer indicador que invita a un cierto optimismo. Mientras que en el resto de zonas de montaña andaluzas la evolución demográfica ha sido negativa, con una pérdida sostenida de población, en Sierra Nevada este proceso ha logrado neutralizarse y en el conjunto de los municipios se ha experimentado un ligero repunte en el número de vecinos (0,54%). También se ha frenado, en algunas comarcas, el ritmo de envejecimiento, obteniéndose mejores resultados que en otras zonas rurales de la región, pero, aún así, en estas tierras de Granada y Almería por cada cien menores de 15 años se anotan en torno a 130 ancianos.

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Desde 1991 el saldo migratorio arroja, asimismo, cifras positivas, con una tendencia no sólo más favorable que en el resto de zonas de montaña andaluzas, que no han dejado de exportar población año tras año, sino también con un mejor balance global que el registrado en el conjunto de Andalucía.

La población activa ha crecido por encima de la media regional, pero también lo ha hecho el empleo. Y en lo que se refiere a la tasa de paro, Sierra Nevada sigue registrando valores por encima de la media andaluza, pero este parámetro no ha dejado de reducirse y en 2005 estaba ya tres puntos por debajo del registrado en el resto de áreas de montaña de la comunidad autónoma (un 24% frente a un 27%).

También se ha anotado un crecimiento importante del tejido empresarial, de manera que, tomando como referencia el impuesto de actividades económicas, entre 1992 y 2004 casi se duplicó el número de licencias en los 60 municipios analizados.

Mientras que en 1991 las rentas netas declaradas por los habitantes de Sierra Nevada eran similares a las que se registraban en otras áreas de montaña andaluzas (alrededor de 1.700 euros/habitante/año), diez años después aparece una brecha significativa y, así, en el territorio estudiado por Eseca las rentas declaradas a afectos del IRPF habían aumentado hasta rozar los 3.200 euros por habitante, mientras que en el resto de comarcas de montaña esta cifra no alcanzaba, como media, los 2.800 euros.

El estudio combinado de estos y otros datos relativos a la actividad económica de este territorio protegido ha permitido estimar el impacto que la presencia de los parques natural y nacional de Sierra Nevada ha tenido en el desarrollo de este extenso territorio. Y aquí es donde aparecen las cifras más llamativas.

A juicio de los autores de este documento, de los 1.234 millones de euros que las empresas instaladas en la zona facturaron en el año 2005 unos 334 millones de euros hay que atribuirlos a la presencia de estos espacios protegidos. Asimismo, este factor aporta más del 20 % de la renta familiar disponible por habitante y el 18,5% del empleo que se registra en estas comarcas.

Sin duda, aseguran los especialistas de Eseca, "este hecho está contribuyendo a fijar la población en el territorio y a acortar las distancias con las medias provinciales en un considerable número de indicadores socioeconómicos".

Conviene advertir que a estos cálculos no se ha añadido la actividad generada en la estación de esquí, "dado que se trata de una realidad distinta a la del parque que, además, funciona de forma independiente".

Aún así, y excluyendo este importante centro de ocio, el turismo constituye uno de los principales motores económicos. El gasto turístico global estimado durante 2005 se acercó a los 220 millones de euros. "En otras palabras", precisa el estudio, "el turismo contribuyó a generar las dos terceras partes de la facturación empresarial atribuible a la presencia de los parques natural y nacional". Sierra Nevada recibió ese año cerca de 1.400.000 turistas y excursionistas.

Las cifras objetivas se combinan, finalmente, con una encuesta que ha servido para evaluar la opinión de los empresarios de este espacio serrano. Uno de los resultados más llamativos es el relacionado con la influencia que cabe atribuir al territorio protegido: el 62% de los empresarios consultados consideraron que los parques eran beneficiosos para los municipios, mientras que los que rechazaron este beneficio sumaban un 36%.

El factor que más se valora de esta circunstancia es la capacidad para atraer clientes, mientras que uno de los aspectos peor valorado es el de las inversiones que se realizan en estas comarcas (260 millones de euros en el periodo 1999-2005).

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