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Reportaje:Los efectos del temporal

"Quedó cubierta por dos metros de agua"

Un familiar de la anciana fallecida en El Verger relata el drama de la víctima

"En dos segundos, la casa se inundó, la puerta se hizo pedazos y mi suegra, paralítica, quedó cubierta por dos metros de agua". Así narraba José Ferrando Giner ayer, poco después de haberla vivido, la escena que le costó la vida a la anciana Encarnación Sastre, fallecida a causa de la riada que inundó El Verger. "La policía la encontró arrastrada por el agua, junto al margen del río", añadió. El yerno de la anciana fallecida indicó que antes de la crecida del río la Policía Local alertó a su suegra y a la hija de ésta, que se encontraban juntas en la casa, "pero no les escucharon llamar", precisó. "Entonces, los agentes creyeron que la casa estaba vacía y se fueron", añadió. Instantes después, el agua irrumpió en la vivienda tras romper la puerta. La hija consiguió subir las escaleras. Sin embargo, a la madre la sorprendió en su silla de ruedas y no pudo salir del lugar.

"Los que peor lo han pasado han sido los niños de las familias que estaban acampadas"
"No hemos visto una situación igual en las últimas décadas", dice el alcalde de Beniarbeig
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Sin carreteras, sin luz, ni agua

Los forenses practicaron ayer la autopsia para determinar la causa última del fallecimiento de la mujer, que será enterrada mañana, domingo.

En El Verger la tromba de agua se llevó por delante dos viviendas de tres alturas que se encontraban en la marginal del río. Sin víctimas, sus propietarios contaron que la Policía Local los desalojó momentos antes del desplome. "Llamaron a la puerta para alertarnos de que no nos quedáramos en casa, que había peligro de que el río se desbordara y entrara en la casa", explicaba otra vecina.

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En Els Poblets, un hombre recorrió diversas calles de la localidad con su pala para ayudar a los habitantes a salir de sus casas. "Ha sido en segundos. Una ola ha dejado árboles, maleza y troncos en las carreteras. El agua superaba el metro de altura", comentó.

Mientras, en Beniarbeig, los vecinos permanecían sin agua ni luz en sus viviendas. Un vecino señaló: "El agua ha ido subiendo poco a poco durante todo el día, arrastrando a los patos que viven en el río Girona. A media tarde, el puente de salida del pueblo se desplomó, la tromba de agua estaba incontrolada". El alcalde de la localidad, Luis Gil, insistía en la dimensión de la de riada mientras colaboraba con los agentes de la policía en la retirada de lodo de las calles: "No recuerdo una situación igual y de estas dimensiones en las últimas décadas".

Diversos comerciantes de Calp vieron cómo el agua anegaba sus establecimientos. "Toda la mercancía está inservible, el agua ha superado el metro y medio en mi comercio. El lunes, lo primero que haré es llamar al seguro", declaró un propietario.

"Esto no lo habíamos visto nunca. Ese coche es mío y ha quedado inservible", señaló un vecino desolado ante el estado ruinoso en el que quedó el automóvil. El resto de vecinos de la localidad reiteraba una y otra vez el comentario anterior mientras se afanaban en el achique de agua que inundaba las partes bajas de sus viviendas.

"Es realmente catastrófico. Esperaremos a los informes finales para hacer una evaluación definitiva de los daños", comentaba a primera hora de la mañana el alcalde de Calp, el socialista Luis Serna. "Se han anegado bajos y garajes y los daños en la vía pública y el paseo marítimo han sido muy importantes", añadió el regidor.

Carlos Vela, gerente del cámping de la Merced, inundado a causa del derrumbamiento de un muro, tampoco daba crédito a la magnitud de la tromba de agua. "Ha sido realmente insólito. No ha parado de llover y llover", señaló. "Los que peor lo han pasado han sido los niños de las 10 familias que estaban acampadas, que han tenido que permanecer durante los primeros momentos de la tormenta recluidos en las caravanas". Todos los campistas, unas 50 personas, fueron desalojados y trasladados luego al polideportivo. "Allí, les han dado alimentos y mantas para protegerse del frío y la humedad", apostilló.

En Dénia la zona más afectada fue la más próxima al paseo marítimo y a la carretera de Les Marines. Diversos vecinos fueron evacuados al colegio Cervantes, donde se instaló un hospital de campaña para dar apoyo en caso de hipotermias o desvanecimientos. "Sientes pánico cuando ves subir el agua sin control, piensas que puede pasar lo peor", relataba un evacuado. "Los hemos evacuado como hemos podido, a algunos los hemos sacado de la zona en los coches de la Policía Local", relató Josep Marí, concejal del área de Seguridad del Consistorio.

En Xàbia, los residentes en la playa del Arenal, todavía consternados por la intensidad de la lluvia y de sus consecuencias, comentaban así el efecto de la riada: "El agua del mar no es azul, sino marrón. El fuerte oleaje se ha llevado a la deriva decenas de embarcaciones".

A última hora de la noche de ayer, los servicios de emergencia desistieron del rescate de dos personas aisladas en el paraje de las Fuentes de Algar, en Callosa d'En Sarrià. "Nos han dicho que están bien y que sus vidas no corren peligro", señaló a Efe el alcalde, Juan Bautista Saval.

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