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Alicante se inunda con cuatro gotas por la pésima ordenación del territorio

Los expertos exigen soluciones ante las consecuencias climáticas del urbanismo salvaje

No es normal que con precipitaciones de apenas 41 litros por metro cuadrado las calles se conviertan en torrenteras, se inunden los bajos de las viviendas y se produzcan cortes de carreteras y de vías de tren. Los expertos lo tienen claro. La causa principal es "la pésima ordenación del territorio que se ha autorizado en los últimos años". Así lo dice el catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina. Los vecinos, mientras tanto, se desesperan: "Si esto ocurre con cuatro gotas, qué pasará si llega la gota fría". La solución va por detrás del problema.

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La soluciones siempre llegan tarde

¿Por qué cuando llueve en Alicante parece que se acabe el mundo? Un fenómeno meteorológico normal como es la lluvia se está convirtiendo en algo extraordinario. Precipitaciones de cierta intensidad que anegan urbanizaciones, se llevan coches por delante y cortan carreteras y vías del tren. Hace quince días en Alicante una tromba de menos de 60 litros por metro cuadrado provocó importantes problemas en las zonas residenciales de playa de San Juan, todavía los talleres de reparación de vehículos almacenan coches averiados por el agua. Este jueves pasado la historia se repitió, pero con mucha menos cantidad de lluvia, apenas 41 litros sirvieron para reproducir los problemas. "Lo que ha caído, ha sido cuatro gotas y se nos ha inundado todo esto, llevamos quince días sin soluciones, al menos queremos dormir tranquilos", comentaba desesperada una vecina del Hoyo 1 de playa de San Juan, una de las zonas más afectadas por las inundaciones. María Dolores Marcos, otra vecina, recuerda cómo cada vez que llueve "las calles se convierten en ríos, y sólo han caído 60 litros, cuando venga una gota fría ¿qué pasará?", se pregunta.

Los vecinos están hartos y angustiados. Exigen soluciones -y aunque las obras antirriadas que se ejecutaron a raíz de la gota fría de 1997, han aliviado y descongestionado algo el problema- es evidente que no son la solución. "Se hicieron unas obras adecuadas para una ciudad que ya no existe, todo esto es nuevo y no estaba construido", admite Marcos. La alcaldesa de Mutxamel, Asunción Llorens, del PSPV, admite que es necesario dotar a los municipios de los colectores adecuados, y separar el alcantarillado de las aguas pluviales. "Otro tema es que se ha construido mucho en todas partes, y lo que antes eran bancales que absorbían el agua ahora es asfalto", explica Llorens, quien considera que este es uno de los motivos principales por los que se forman estos torrentes. "Las urbanizaciones actúan de barreras, y las calles se convierten en correnteras", agrega una vecina de la urbanización Hoyo 1.

El catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, explica que los últimos episodios de lluvias, normales y de escasa cuantía, demuestran que el problema de las inundaciones "no es ni la predicción meteorológica, ni la gestión de las emergencias, sino la pésima ordenación del territorio que se ha autorizado durante los últimos años".

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El también director del Laboratorio de Climatología de la universidad admite que en los últimos 10 años, se ha incrementado la "exposición y vulnerabilidad" ante las lluvias intensas, un fenómeno que relaciona directamente con el crecimiento urbanístico "descontrolado que hemos vivido que ha traído estas consecuencias". Se han construido muchas viviendas, algunas de ellas en zonas inundables como son los barrancos, y la actividad humana ha ido ocupando cauces de ramblas que cuando llueve se convierten en ríos de barro y restos.

Jorge Olcina lamenta que el estudio del medio físico y, "especialmente de los riesgos existentes, no importe demasiado a los políticos, incluso parece que les molesta cuando se habla de estas cosas". Por eso es conveniente actualizar la cartografía de riesgo del Plan de Acción Territorial de Prevención del Riesgo de Inundaciones en la Comunidad Valenciana para adaptarla a los constantes cambios urbanísticos de nuestro territorio. Como ejemplo, recuerda Olcina, que la zona del Hoyo 1, donde se sufrieron las peores consecuencias de las lluvias pasadas, "no figura en este documento oficial de la Generalitat como sector de riesgo en esta cartografía". Pero no es un caso aislado, las zonas de mayor riesgo ante nuevas y posibles inundaciones en la provincia de Alicante están en el litoral de Orihuela, en algunas calas de El Campello, en la desembocadura del río Amadorio, en El Albir y en el saladar de Dénia, donde se construyeron viviendas e infraestructuras en medio de ramblas, barrancos y marjales.

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