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Fin de semana
Columna
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Clarines de silencio

Ojos, corazón y cerebro es el trinomio básico que Cartier-Bresson decía poner en juego para conseguir una buena fotografía. Esto debe entenderse como una actuación donde la intervención de todos ellos sea armoniosa y conjunta. Cuando alguno de esos factores y su función queda eximido en la realización de una toma, la imagen pierde gran parte de su interés. En este ejercicio, aparentemente sencillo, los ojos eligen el encuadre del visor, el corazón se adueña de las emociones del momento y el cerebro articula los distintos elemento formales y técnicos. De esta manera convertimos la fotografía en el arte de combinar el tiempo con la mirada. Una definición sencilla, aunque suficientemente profunda y abierta a interpretaciones como para envolver las enormes complejidades de la disciplina.

En los parámetros indicados trata de insertar David A. Pérez (Logroño, 1970) la exposición que exhibe estos días en la sala Ignacio Aldecoa de la Diputación de Álava. La manzanera-In Memoriam supone la sinopsis gráfica del antes, el durante y el después de la demolición de una plaza de toros, la de su ciudad natal. Las fotografías guardan el sabor clásico del blanco y negro plasmado sobre gelatinas de plata y viradas al selenio y el sulfuro. El color se hace excepción en la toma realizada en la capilla, donde un dominante cobrizo envuelve el lugar donde la estatua de la virgen o santo al que rogaban los toreros adopta un aire fantasmagórico al estar cubierta por una sabana blanca.

Las técnicas que se emplean son ya del pasado, como los lugares donde se han detenido. No obstante, son las que aportan sentimientos de melancolía y nostalgia a quienes contemplan la desaparición de un coso taurino inaugurado en 1915. Con ellas y un tratamiento formal suficientemente afinado se visitan en primer lugar distintos puntos de la plaza. Siempre vacíos encontramos el burladero, el tendido, el corral, la enfermería con su mesa de operaciones o los bancos corridos destinados a la banda de música, donde la imaginación nos trae sonidos de clarines y pasodobles. Las 12 fotos que recogen en una secuencia el derrumbe definitivo de la plaza mantienen el dulce sabor melancólico, y afloran tristes, aunque sabrosos, recuerdos para quien pudo conocer el coso envuelto en el humo de los habanos y a buenos maestros del oficio y de la vida. Resulta un conjunto interesante para un relato gráfico en dos etapas.

Horarios: de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00; sábados, de 10.00 a 13.30; domingos y festivos, cerrado.

La Manzanera. In memoriam. David A. Pérez. Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Paseo de la Florida, 24; Vitoria. Hasta el 14 de octubre.

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