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Reportaje:Gimnasia | Campeonatos del Mundo

Deferr tiene un plan

La plata en suelo no es para el español más que un paso hacia su gran objetivo: lograr en los Juegos de Pekín su tercer oro olímpico

Amaya Iríbar

Gervasio Deferr no es el que era. Bueno, es el mismo gimnasta de piernas prodigiosas y coordinación innata capaz de sacar lo mejor de sí mismo en el momento de la competición, cuando la adrenalina y los nervios pueden con muchos buenos deportistas. También es el mismo talento capaz de competir con los mejores entrenándose la mitad. Pero ahora, además, tiene un plan. Si durante años su carácter inconformista le ha hecho entrar y salir del gimnasio; pelearse con Alfredo Hueto, su entrenador de toda la vida, y reconciliarse, o salir más de la cuenta, ahora no hay nada que le distraiga de la meta que ambos se han marcado: lograr otra medalla olímpica, la tercera, lo que le coronaría como uno de los mejores deportistas españoles de la historia. La de plata conseguida en los Campeonatos del Mundo de Stuttgart es sólo un paso más.

Sigue siendo combativo e independiente, pero ha aprendido a ser más disciplinado

A punto de cumplir los 27 años, Deferr ya no es ningún niño. Sabe lo quiere y es capaz de ir a por ello. Por eso no quiere ni oír hablar de su positivo por cannabis que hace ya cinco años le quitó la plata en suelo en otros Mundiales, ni de su imagen rebelde, ni de sus tatuajes ni de sus agujeros en las orejas. Sólo quiere hablar de los Juegos de Pekín.

Para llegar a la capital china, el campeón ha tenido que sacrificarse. En vez de participar sólo en sus pruebas favoritas, las de suelo y salto, en las que sus piernas le hacen volar sobre el resto, ha tenido que preparar dos más: paralelas y barra. Dos ejercicios en los que su cuerpo explosivo -1,66 metros, 67 kilos y unos gemelos que dan miedo- se vuelve en su contra. "Él sabía que para estar en el equipo tenía que hacer los cuatro aparatos y ha cumplido", afirma el seleccionador, Álvaro Montesinos, que hasta el último momento dudó si incluir al gimnasta catalán en los Mundiales para favorecer la estrategia del equipo.

No sólo eso. Deferr, tan crítico hace tiempo con el modelo español que concentra el equipo nacional en Madrid, no ha dudado en dejar Barcelona y trasladarse a la capital para preparar los Mundiales. Durante julio y agosto se ejercitó con sus compañeros alrededor de cinco horas diarias, con un calor de muerte y sin aire acondicionado. Y lo hizo sin Hueto, el hombre que le descubrió con cinco años y que ha guiado sus pasos desde entonces, el que le convenció de que otros Juegos valían la pena y fue uno de los primeros en abrazarle tras su último triunfo. "Estaba todo planificado", aseguraba, radiante, el técnico.

El resultado es que Deferr ha sumado a su cualidad de gimnasta genial la de hombre de equipo. "He estado en muchos equipos, algunos de más calidad, pero éste es una piña. Todos sabíamos lo que teníamos que hacer", reconoce el gimnasta, que cumple este año diez en la alta competición. El seleccionador, que no quiere destacar a Deferr sobre el resto, coincide con él: "En otras circunstancias más individuales puede salir el carácter de cada uno, pero aquí teníamos claro que lo principal era clasificarnos para los Juegos y todos sabían que no podían fallar".

Lo hicieron de sobra: acabaron los sextos, la mejor clasificación de la historia. "Todos sabemos cómo es Gervi. Es un talento. Lo ha demostrado en dos Juegos Olímpicos. Además, es un competidor nato. Se crece y empuja a todo el equipo", añade Montesinos.

Es parte de su carácter, combativo e independiente: ni un solo familiar o amigo aquí, en Stuttgart, para verle porque no le gusta. En este aspecto también ha madurado. Deferr ya no dice lo primero que se le pasa por la cabeza. Ha aprendido a medir sus palabras. A ser más disciplinado.

Con todos estos cambios y la única duda de su cuerpo machacado -está operado de ambos hombros y arrastra una lesión en las muñecas-, Deferr ha cumplido la primera etapa del plan. Con la medalla en la maleta, el gimnasta y sus compañeros se tomarán unas vacaciones. Y luego volverán al gimnasio porque Pekín 2008 está cada vez más cerca.

FINALES POR APARATOS

Hombres: Salto: 1. Leszek Blanik (Pol.), 16,512 puntos. 2. Daniel Popescu (Rum.), 16,500. 3. Se Gwang Ri (Corea del Norte), 16,387. 8. Isaac Botella, 15,387. Paralelas: 1. Mitra Petkovsek (Eslovenia), 16,250. 2. Dae Eun Kim (Corea del Sur), 16,250. 3. Antón Fokin (Uzb.), 16,200. Barra fija: 1. Fabian Hambuechen (Ale.), 16,250. 2. Aljaz Pegan (Eslovenia), 15,825. 3. Hisashi Mizutori (Jap.), 15,775. Mujeres: Barra: 1. Anastasia Liukin (EE UU), 16,025 puntos. 2. Steliana Néstor (Rum.) y Shanshan Li (Chi.), 15,900. Suelo: 1. Shawn Johnson (EE UU), 15,250. 2. Alicia Sacramone (EE UU), 15,225. 3. Cassy Vericel (Fra.), 15,125.

Gervasio Deferr, durante su ejercicio de suelo, en el que fue segundo.
Gervasio Deferr, durante su ejercicio de suelo, en el que fue segundo.EFE

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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