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Reportaje:Atletismo | Concluyen los Campeonatos del Mundo

Más viejos y por debajo de las últimas medias

Odriozola, presidente de la federación, califica de "agridulce" la actuación de España, que terminó 13ª

Carlos Arribas

Mientras el podio global de los Mundiales ha sufrido una espectacular cura de rejuvenecimiento -escasos, sólo 11 de entre los 41 medallistas de oro de las pruebas individuales, no son de la generación del 80-, el núcleo duro de la representación española avanza sin pausa hacia el envejecimiento: de entre los tres medallistas y siete finalistas de la selección, sólo Arturo Casado (1983) y Jackson Quiñónez (1980) pertenecen al grupo de edad de la renovación. Los demás -Mayte Martínez (1976), Paquillo (1977), María Vasco (1975), Ruth Beitia (1979), Jesús España (1978), Eliseo Martín (1973), Rosa Morató (1979) y Mikel Odriozola (1973)- ya andan por la treintena o se acercan a ella. Son los resistentes de la generación que renovó al atletismo español a partir de los Mundiales de Sevilla, en 1999. "Esperemos que nos duren más allá de Pekín, hasta los Europeos de Barcelona 2010", dijo el presidente de la Federación Española, José María Odriozola; "la renovación es complicada. Parece que sólo salen atletas en las pruebas de siempre, aunque tengo esperanzas en algunos saltadores muy jóvenes, pero el envejecimiento es una tendencia generalizada en Europa".

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La regularidad habitual de algunos de los viejos, el esplendor, al fin, de Mayte Martínez, o la tenacidad recompensada, y la seguridad de los pocos que van llegando (Casado, Quiñónez) han colocado a España al final, con 34 puntos, en el puesto 13º de la clasificación elaborada puntuando los puestos de los finalistas. Objetivamente, es el peor puesto desde el Mundial de Gotemburgo 95. Subjetivamente, es aún peor. "No estoy contento", reconoció Odriozola, a quien el Mundial de Osaka ha dejado una sensación "agridulce". "Ha habido fallos importantes. En septiembre tendré reuniones individualizadas y personalizadas con los atletas y sus entrenadores para preparar el año olímpico. Quiero en Pekín un equipo grande, quiero que Pekín sea la meta del año para todos, que no se vean condicionados por el Europeo de cross de Toro y por el Mundial de pista cubierta de Valencia, pruebas que, claro, son también muy importantes".

La pista cubierta. La percepción subjetiva del Mundial japonés. La debilidad psicológica de los campeones españoles, víctimas de una sobrevaloración de sus expectativas que les conduce a la depresión. La medallitis. Todos ellos son conceptos ligados e inseparables. La facilidad, ficticia, con que se consiguen medallas en los Europeos en pista cubierta, como esta primavera pasada en Birmingham, cita que llegó poco después de un Europeo al aire libre en Gotemburgo que también terminó de manera triunfal para los españoles, influye no solamente en la percepción de la afición, que llega a considerar un fracasado a aquel que no medallea, sino también en los propios atletas triunfadores en las competiciones menores, que acaban calculando por elevación sus posibilidades en la competición grande. Resultado: ansiedad. Un atleta que, tras un gran verano, llegaba con posibilidades reales de medalla, se quedó muy lejos, víctima de la ansiedad, de la presión. Por la noche, confesó a un amigo: "A ver si consigo la puta medalla que todo el mundo quiere y me dejan tranquilo". A otro, la moral hundida, sus propios compañeros de equipo le tuvieron que recordar que no tiene más que sentido suicida, soga al cuello, el anunciar la víspera, de manera inconsciente, que aspira a medalla cuando sus posibilidades reales, objetivas, estaban muy alejadas, como así ocurrió. Así, la psicóloga de la selección española ha trabajado más para ayudar a los atletas a combatir la presión y la ansiedad, el miedo al fracaso y la gestión del fallo, que a ser alegres y combativos.

Por su parte, Odriozola no tuvo reparos en individualizar e identificar las decepciones: Juan Carlos Higuero, campeón en Birmingham y penúltimo en el 1.500, Pestano, 12º en disco, Concha Montaner, plata en Birmingham, y Mercedes Chilla, bronce en Gotemburgo, eliminadas en la calificación de longitud y jabalina, respectivamente. "Ambas podrían haber hecho algo grande en la final", dijo. Mientras otros medallistas en Birmingham, como Casado, España, Quiñónez, salvaron el tipo en Osaka alcanzando la final de sus pruebas, una campeona en pista cubierta, como la triplista Carlota Castrejana, no logró acceder a su final. Estuvo, así, dentro de la norma de este Mundial, con Europa en retroceso frente a la globalización que ha hecho que, por ejemplo, una maorí neozelandesa ganara el lanzamiento de peso, donde, según Odriozola, por el incremento de los controles antidopaje, el bloque ex soviético se bate en retirada, o que un jamaicano terminara segundo en el decatlón. Sólo ocho atletas -Ecker, Howe, Sebrle, Sanders, Feofanova, Di Martino, Kluft y Sotherton-han logrado repetir en Osaka un puesto en el podio alcanzado en Birmingham.

Mayte Martínez, tras su tercer puesto en los 800 metros.
Mayte Martínez, tras su tercer puesto en los 800 metros.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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