Sergio García, descalificado

El español Sergio García fue descalificado ayer del Campeonato PGA, último grande del año, que se disputa en el recorrido de Southern Hills, en el estado de Oklahoma (Estados Unidos), por firmar su tarjeta con un error en el número de golpes que había necesitado para cerrar su recorrido en la tercera jornada. García, que protagonizó un bogey en el hoyo 17, firmó un par sobre cuatro. Boo Weekly, su compañero de partido, reconoció ser culpable del error: "Es mi culpa haberme equivocado de marcador y la suya por no haberlo comprobado". Como es responsabilidad del jugador verificar la tarjeta de su jornada antes de firmarla,García, único español que había pasado el corte, fue descalificado.

Después de que García, segundo en el Open Británico, abandonara sin hacer declaraciones, el campeón estadounidense, Tiger Woods, el mejor jugador del mundo, entró en acción. Woods es un golfista con cuentas pendientes. Segundo en abril en el Masters de Augusta, a dos golpes del estadounidense Zach Johnson. Segundo en junio en el Open de Estados Unidos, a uno del argentino Ángel Cabrera. Duodécimo en julio en el Open Británico, a cinco del irlandés Padraig Harrington.

A Woods sólo lo queda una baza que jugar para no quedarse en 2007 en blanco en lo que a títulos del Grand Slam del golf se refiere-lleva cuatro triunfos menores-: el Campeonato de la PGA norteamericana. Y, de momento, parece dispuesto a aprovecharla. El estadounidense cerró anoche el tercer y penúltimo recorrido como líder del campeonato con tres golpes de ventaja sobre el canadiense Stephen Ames.

Woods se enseñoreó de los greenes. Su dominio fue demoledor. Afiló su putter y atinó desde todos los ángulos y las distancias, con unas caídas y con otras. Así fue como pudo totalizarla con 63 golpes (siete bajo par con ocho birdies por un bogey), igualar el récord histórico del torneo y situarse al frente.

El gran reto de Woods es sigue siendo batir la plusmarca de su legendario compatriota Jack Nicklaus: 18 trofeos grandes en su vitrina. Él ya posee 12 -tres de ellos de la PGA- y, supersticioso o no, desea el 13 cuanto antes para proseguir luego su camino victorioso. "Estoy intentando ser yo mismo en esta cita", dice el golfista estadounidense. Toda una declaración de intenciones siendo, como es, el número uno mundial.