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La ONU alerta del riesgo de epidemias en el sur de Asia por las inundaciones

El hambre y las enfermedades amenazan a 30 millones de desplazados por los monzones

Los millones de desplazados por los monzones en India, Nepal y Bangladesh enfrentan un futuro incierto, sin refugios, sin agua y sin comida. Las agencias humanitarias, encabezadas por la ONU, alertan de que ya se han dado los primeros casos de enfermedades respiratorias, diarrea, malaria, dengue e infecciones de la piel, que pueden empezar a extenderse muy pronto, lo que desataría múltiples epidemias. Según Unicef, la situación es catastrófica en el noreste de India, donde están amenazados unos 31 millones de afectados.

La agencia de la ONU encargada de la infancia sostiene que el agua estancada y las condiciones en que están viviendo los afectados son un "foco infeccioso letal", en el que se nutren las epidemias. De ahí que, aunque las condiciones atmosféricas han mejorado y la lluvia ha cesado en algunos lugares, lo peor podría estar por llegar. "Pueblos completos están a días de una crisis sanitaria si la gente no es rescatada", confirmó el jefe de salud de Unicef para India, Marzio Babille, que ha visitado las áreas más afectadas.

"El reto es aumentar y acelerar la ayuda", asegura Babille. Aunque los Gobiernos y las ONG están enviando apoyo, la ayuda que llega a los afectados no es suficiente. En el Estado de Bihar, el más afectado de India, todavía hay más de 10.000 personas incomunicadas. El Departamento de Meteorología indio asegura que son las peores inundaciones que sufre el país en los últimos 30 años.

Babille, que ha recorrido la zona en helicóptero repartiendo galletas energéticas y agua, relata la "desastrosa situación" en que los afectados están viviendo. Muchas personas permanecen en los techos de sus casas, en árboles o sobre cualquier otro sitio que esté por encima del nivel de las aguas. "El principal problema es el acceso a agua limpia y a condiciones salubres", dijo la portavoz de la Organización Mundial de la Salud, Fadela Chaib.

En las áreas afectadas la gente está bebiendo el agua de las inundaciones, ya que las fuentes habituales sumergidas, rotas o contaminadas por las inundaciones, explica la portavoz de Unicef, Kathryn Grusovin.

La semana pasada murieron 487 personas ahogadas, arrastradas por los ríos, sepultadas bajo sus casas, por mordeduras de víbora o electrocutadas debido a las lluvias. Pero desde el inicio de los monzones, en junio, sólo en India han perdido la vida 1.258 personas.

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Habitantes de la localidad india de Darbhanga evacuan una zona inundada a través de un estrecho puente de bambú.
Habitantes de la localidad india de Darbhanga evacuan una zona inundada a través de un estrecho puente de bambú.REUTERS

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