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Entrevista:SALVADOR F. MOREDA | Presidente de la Diputación de A Coruña

"La sociedad coruñesa no me dejaría ser un Baltar"

Socialista y vazquista confeso, Salvador Fernández Moreda inicia su segundo mandato consecutivo como presidente de la Diputación Provincial de A Coruña (hubo otro, entre 1991 y 1995) decidido a defender la utilidad de estas instituciones puestas en entredicho por su partido y su socio de gobierno, el BNG. La creación, proyectada por la Xunta bipartita, de áreas metropolitanas en A Coruña y Vigo será para Fernández Moreda (Foz, 1953) costosa y no mejorará la gestión de los servicios públicos. Cree que si los ciudadanos reclamaban a los políticos sobre todo honradez, exigirán ahora cada vez más eficacia. Y duplicar los organismos administrativos, advierte, incumple esas premisas.

"Francisco Vázquez ha sido un magnífico alcalde, de los mejores de España y de los mejores políticos que existen"
"La Diputación de A Coruña está a mucha distancia de las otras. No es una diputación caciquil, sino con más o menos transparencia"
"El área metropolitana tiene inconvenientes. Hay fórmulas que permiten hacer lo mismo de forma más barata, como los consorcios"
"Creo que es necesaria una administración intermedia entre el poder local y el autonómico, existe en todos los países europeos"

Pregunta. Estrenó mandato abogando por abrir el debate sobre la función de las diputaciones. ¿Cree urgente la reorganización territorial y administrativa de Galicia?

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Respuesta. Es necesario plantearlo. Siempre se habla de este tema, pero nunca hubo el valor suficiente de abordarlo. Sobran ayuntamientos. No puede haber tantos con poca población, sin capacidad financiera suficiente para prestar los servicios mínimos que un ciudadano exige y tiene derecho a disfrutar. Me parece razonable plantear una organización territorial e incluso la vigencia de las diputaciones. Pero no lo es plantear debates con criterios a priori. No es honesto.

P. ¿A qué se refiere?

R. Al hecho de plantear el debate sobre las diputaciones diciendo que hay que suprimirlas. A lo mejor no hay que hacerlo. Creo que es necesaria una administración intermedia entre el poder local y el poder autonómico, existe en todos los países europeos.

P. Sobre el papel es lo que deberían ser las diputaciones. ¿Por qué no funcionan?

R. ¿Quién lo dijo? Ésta funciona. No se puede cuestionar a las diputaciones por el ejemplo de dos o tres que no funcionan.

P. Son cuatro en Galicia, y si hay tres que no funcionan...

R. Ésta funciona y bien.

P. El conselleiro de Presidencia puso en duda la utilidad de las diputaciones y propuso que se dediquen a los ayuntamientos del rural.

R. Debemos tener claro que la política es lo que cuestan las decisiones. Las diputaciones están recogidas en la Constitución, son el gobierno autónomo de una provincia. Por lo tanto, no se pueden suprimir sin cambiar la Constitución. El Gobierno de Galicia no puede vaciarlas de contenido, ni restarles un ápice de su capacidad financiera. Cualquier administración nueva que se crea en Galicia va a tener que coexistir obligatoriamente con las diputaciones.

P. ¿Se refiere a las áreas metropolitanas?

R. Sí. Pero no conozco el proyecto de ley que el conselleiro anunció para otoño y no puedo opinar.

P. ¿Qué le parece que ese proyecto plantee la creación de macroáreas metropolitanas para Vigo y A Coruña? En esta última, se habla de agrupar a 25 ayuntamientos.

R. Con un presidente del área metropolitana y unos consejeros elegidos por los alcaldes y concejales de los ayuntamientos. Al final esteremos creando otra diputación.

P. ¿Es contradictorio con lo que proyecta la Xunta?

R. Si vamos a crear otra diputación, ¿por qué no utilizamos y hacemos más eficiente la que ya tenemos? Porque de lo contrario, van a tener que coexistir los dos organismos y eso costará dinero.

P. ¿Pero no cree que para las áreas metropolitanas es necesario coordinar la gestión de servicios comunes?

R. Sí, es necesario y hay que crear órganos que permitan gestionarlos en su conjunto. Pero el área metropolitana planteada como un órgano político-administrativo, con sus funcionarios y sus presupuestos, tiene inconvenientes. Hay otras fórmulas que permiten hacer lo mismo de forma más ágil, más eficiente, menos encorsetada, y más barata, como los consorcios. Funcionan muchos en España, pero áreas metropolitanas no funcionan ninguna. Es bueno que se discuta de estas cosas y buscar lo que es mejor para el ciudadano. No debe ser un debate sobre el poder, sino sobre la eficacia y la eficiencia en la gestión de los servicios públicos.

P. El conselleiro de Presidencia cuestiona que las diputaciones presten servicios que deberían cubrir los ayuntamientos.

R. Creo que la diputación, al menos en la provincia de A Coruña, es imprescindible para más del 80% de los ayuntamientos.

P. La Xunta plantea que las diputaciones subvencionen a los ayuntamientos para que tengan sus propias oficinas de hacienda o de planeamiento urbanístico.

R. Nosotros aquí tenemos una agencia tributaria provincial, que creé yo en 1991. Recaudamos todos los impuestos de 82 de los 94 ayuntamientos de la provincia. Funciona muy bien y los ayuntamientos están contentos. En A Coruña tenemos 19 comarcas creadas por un decreto de 1997. ¿Vamos a crear 19 administraciones comarcales, con 19 agencias tributarias, con nuevos aparatos burocráticos? ¿Es más eficaz, más barato? Yo creo que no. A veces los políticos jugamos con pólvora del rey porque el dinero no es nuestro pero no deberíamos hacerlo. Debemos mirar cada decisión que tomamos porque tienen un coste económico.

P. Reclamó más coordinación entre las diputaciones y la Xunta. ¿No la hay?

R. Creo que debemos ser complementarios. Hay premisas que son de Perogrullo: el dinero que gestiona la diputación, los ayuntamientos, la Xunta y el Gobierno sale del bolsillo de los españoles. Tenemos que gestionarlo con honestidad y honradez y también con eficacia y eficiencia. Y eso implica más coordinación entre las cuatro diputaciones y la Xunta, no dándonos la espalda, sino complementando nuestras actuaciones. Sé que algunos colegas míos lo vieron como una amenaza. Pero yo veo la coordinación como una oportunidad de hacer más con menos dinero.

P. La Xunta también hizo oídos sordos a esa propuesta.

R. No es fácil. Depende de cómo se quiera coordinar, no debe suponer una subordinación. La coordinación debe ser voluntaria y soy partidario de que nos coordine. Ojalá nos coordine. ¿Cómo? Pues complementando nuestras inversiones para infraestructuras viarias, por ejemplo.

P. La falta de coordinación entre las inversiones también contribuye a que se vean las diputaciones como reinos de taifas.

R. Un poco lo son porque cada una hace lo que quiere, con actuaciones diferentes. La diferencia en A Coruña es que el 90% de las decisiones adoptadas en los últimos cuatro años se tomaron por unanimidad.

P. Presume de la singularidad de la Diputación de A Coruña.

R. Sin duda alguna, y perdone que lo diga yo, pero está a mucha distancia de las otras. Y no sólo con un presidente socialista, sino que lo era también con un presidente popular. No es una diputación caciquil, sino con más o menos transparencia y con una forma de actuar ordenada. Sinceramente la sociedad de la provincia de A Coruña no toleraría que tuviésemos actitudes, comportamientos y actuaciones como han tenido las otras diputaciones.

P. Ponga un ejemplo

R. A mí no me dejaría ser un Cacharro o un Baltar. No me lo permitiría la sociedad coruñesa, que es más moderna, más compleja y exigente. Es una provincia diferente en la que la gente exige derechos. Nunca discriminamos a nadie porque tenemos criterios objetivos para la distribución de los fondos.

P. El PSOE y el BNG parecen abocados a gobernar en coalición.

R. Nosotros tenemos una vocación mayoritaria, como cualquier partido. Y creo que se gobierna mucho mejor con mayoría absoluta. Pero cuando no la hay, la única fórmula válida es una coalición porque aún no hay una cultura democrática que permita gobernar en minoría. Exige más años de democracia. El gobierno de coalición exige un mayor esfuerzo de diálogo.

P. Lleva 20 años como concejal de A Coruña. ¿Se esperaba la pérdida de la mayoría absoluta?

R. Sabía que no era fácil mantenerla porque Paco Vázquez es difícilmente sustituible.

P. El resultado de las urnas sentenció el fin del vazquismo.

R. Bueno, hasta ahora estamos viviendo de los proyectos de Vázquez.

P. Pero los resultados pusieron fin a ese modelo de hacer política.

R. Por desgracia, ¿verdad?

P. Sigue siendo defensor del ex alcalde de A Coruña.

R. Paco Vázquez es amigo mío desde hace 35 años. Y hemos compartido mucho en política, también hemos discrepado. Pero yo lo defiendo, ha sido un magnífico alcalde, de los mejores de España y de los mejores políticos que existe.

P. ¿Y cómo ve la entrada del BNG en el gobierno municipal de A Coruña?

R. Bueno, me parece normal. Yo aconsejé a Javier Losada el acuerdo con el Bloque para darle estabilidad a la ciudad. Yo no soy nacionalista, yo gobierno con los nacionalistas. Tendré que atemperar mis propuestas y ellos las suyas. Y buscar un proyecto común. Es más fácil en una diputación que en un ayuntamiento o un gobierno autónomo porque tiene un mayor contenido de gestión, se hace menos política en general.

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