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"A la izquierda ardía la cabina, a la derecha el camión, y el gas entraba en el autobús"

Los primeros 14 españoles heridos en un accidente de tráfico en Egipto regresan a España

"A la izquierda, la cabina del conductor estaba en llamas, a la derecha, ardía el camión cisterna, que liberaba un gas que entraba en el autobús", relata Rocío Jiménez, de 33 años, uno de los primeros 14 turistas que regresaron ayer a Madrid tras sufrir un accidente de tráfico en Egipto en el que murió María Dolores Sales, de 59 años. Otros cuatro españoles heridos recibieron el alta médica a última hora y volvían anoche a España. Carmen Remírez, con un peroné roto, permanece en El Cairo. El cadáver de Sales llegará hoy o mañana, según Exteriores.

Andrés, colombiano de 33 años, suspira aliviado porque el guía les recomendó que llevasen almohadas a su excursión a Abu Simbel. "Habíamos dormido una hora porque llegamos en el crucero la noche antes", explica. Las almohadas eran para descansar, pero sirvieron para amortiguar el impacto, "que fue muy duro". El autobús había salido a las cuatro de la mañana con 37 turistas desde Asuán (en el sur del país) hacia el templo de Abu Simbel. La mayoría de los pasajeros dormía cuando un camión cisterna cargado de combustible que circulaba en dirección contraria se abalanzó sobre ellos. "Rompimos la ventana y corrimos lo más lejos posible. En cuestión de cinco minutos todo empezó a estallar", explica Andrés. Su mujer, Nancy, asiente con la nariz rota.

El resto de autobuses del convoy siguió su camino, según relata a Efe Ahmed Jalas, uno de los conductores, obligados por la policía "para dejar paso a una ambulancia militar, y porque no querían tampoco que los otros turistas se asustaran". Los españoles se tumbaron en la arena del desierto y esperaron en la oscuridad hasta que llegó una ambulancia media hora después. Andrés recuerda que la única herida de gravedad, Carmen Remírez, preguntaba por su amiga, la fallecida María Dolores Sales, madre de cuatro hijos y propietaria de un bar de copas en Barcelona.

Del caos que describen los españoles surge una versión de los hechos distinta de la oficial. La embajada española se apresuró a presentar a Sayed Mahmud, guía egipcio del viaje, también fallecido en el accidente, como un héroe que sacó del autobús "a todos los viajeros" y que pereció entre las llamas. Los 14 turistas que regresaron ayer estaban de acuerdo en que Sayed era una excelente persona, "siempre con bromas de los jeroglíficos", pero no tienen muy claro el papel que jugó en el rescate.

Sebastián Lozano, un anticuario malagueño de 24 años, considera que "el guía se quedó en el acto" víctima del impacto que también mató al conductor, a su ayudante y a María Dolores. Lozano opina que el héroe fue Andrés, que rompió la ventana de emergencia "primero con un martillo, y luego dejándose las manos".

"En un trauma como éste, cada uno percibe las cosas de una forma", opinaba ayer el ministro consejero de la Embajada de España en El Cairo, Juan José Santos Aguado. "A lo mejor no fue exactamente como lo relatamos en un principio, pero puedo asegurar que el guía retiró a algunos caídos, sacó a la fallecida y luego murió dentro". Su declaración se basa en los informes redactados por el Gobierno de Asuán a partir de las declaraciones policiales. "Todos los periódicos de Asuán abren hoy con la foto de este señor, que se portó como un héroe", apostilló. El gobernador de la provincia de Asuán ha concedido a la familia del guía 10.000 libras egipcias por su proeza.

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Andrés no puede afirmar qué hizo el guía porque él viajaba al fondo del autobús. El resto de viajeros que aterrizaron con él, cinco de Madrid, dos de San Sebastián y ocho que han sido recibidos ya por sus familias en Barcelona, confirman que salieron del autobús por el hueco que abrió el colombiano.

Sus heridas son principalmente cortes. Es el caso de Alex, de 16 años, con cinco puntos en un pie. "Si no fuera por las heridas de Alex habríamos seguido con el viaje", explica Rocío. una familiar. "Al día siguiente vi las pirámides por la ventana y pensé que me gustaría volver", añade. Elena Arranz, de 24 años, no está de acuerdo. Tiene heridas en un pie y una mano, y asegura que "no regresaría". En el recibidor de Barajas, los turistas de Barcelona y San Sebastián se despiden con un abrazo y una socarrona promesa: "El año que viene, en El Cairo".

Elena, una de las turistas heridas, con dos familiares tras su llegada al aeropuerto de Barajas.
Elena, una de las turistas heridas, con dos familiares tras su llegada al aeropuerto de Barajas.CRISTÓBAL MANUEL
Dos de los heridos se despiden antes de volar de vuelta a casa.
Dos de los heridos se despiden antes de volar de vuelta a casa.CRISTÓBAL MANUEL

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