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Tarragona culmina la ampliación del dique principal del puerto

Tras más de tres años de obras y 45 millones de euros de inversión -la mitad de ellos aportados por los fondos de la Unión Europea-, el puerto de Tarragona inauguró ayer el último tramo de su dique principal, una estructura de 845 metros de longitud que completa los 3,7 kilómetros ya existentes. Se trata de la última ampliación de este dique principal, según fuentes de la autoridad portuaria, que consideran esta obra inaugurada ayer la culminación del trabajo iniciado hace más de dos siglos con la reconstrucción del puerto de origen romano.

El tramo inaugurado ayer es el que se adentra más en el mar y pone fin a las sucesivas ampliaciones que ha sufrido a lo largo de su historia la instalación portuaria. Pese a estas obras, que darán más capacidad y protección a la instalación portuaria, de hecho, el puerto de Tarragona ya ha iniciado estudios para ampliar aún más sus muelles pero no ya prenetrando en el mar, sino adosando nuevas estructuras al exterior del actual dique, hacia el mar, en un proyecto a largo plazo que el presidente de la autoridad portuaria, Josep Anton Burgasé, calculó que podría estar listo en 15 años y que costaría entre 600 y 700 millones de euros.

Burgasé descartó una hipotética nueva ampliación del dique, que permitiría el actual plan de usos portuarios, debido a las consecuencias medioambientales que acarrearía. De hecho, durante las obras de construcción del nuevo tramo inaugurado ayer, el puerto de Tarragona ha tenido que llevar a cabo varias aportaciones de arena a la playa de La Pineda, perteneciente al municipio de Vilaseca, para garantizar su estabilidad.

Garantizar la seguridad

La función principal del nuevo tramo del dique es garantizar la seguridad de las terminales portuarias, aunque puede servir también como lugar de atraque de grandes embarcaciones, como ya sucedió a principios de junio cuando el barco de salvamento marítimo Clara Campoamor desembarcó a 26 marfileños que días antes habían sido rescatados por un pesquero en mitad del Mediterráneo frente las costas de la isla de Malta.

La construcción del nuevo tramo del dique, que ha sido posible gracias a los Fondos de Cohesión de la Unión Europea, rompe con la estética de los tramos anteriores al estar construido mediante la colocación de grandes bloques de hormigón que no precisan de las rocas de grandes dimensiones, que era hasta hace unos años el método utilizado para proteger los tramos más antiguos del dique exterior.

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La nueva forma de protección contra el oleaje se basa en la colocación de 11 enormes piezas de hormigón de 67 metros de largo y 26 de ancho cada una, yuxtapuestas desde el antiguo punto final del dique y siguiendo su misma alineación.

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