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Reportaje:

Dogi da el tijeretazo para salir del túnel

El grupo textil se encuentra en pérdidas desde 2001 pese a su fuerte implantanción en Asia

Amanda Mars

Los calzoncillos de la marca Unno, la ropa interior de Women's Secret y la de Vanity Fair están hechos con tejidos de Dogi International Fabrics, un grupo catalán que lleva perdiendo dinero desde 2001 pese a su gran actividad fabril en Asia. El nuevo patrón de la compañía ha decidido recortar la casi la mitad de su producción en España y centrarse en los clientes más rentables.

"Es ingrato entrar en la compañía y hacer esto, pero tengo comprobado que no se puede fabricar más en España", asegura Schröder
La compañía espera regresar a los beneficios el próximo año, pero de momento el mercado de valores no acaba de creerlo

Un 40% menos de producción en España, reducir de 1.000 a 100 su cartera de clientes prescindiendo de los menos rentables o subiéndoles los precios, recortar y renovar toda la cúpula directiva son las recetas que el nuevo consejero delegado de Dogi, Karel Schröder, ha puesto sobre la mesa para reflotar a la compañía.

"Es ingrato entrar en una compañía y hacer esto, pero tengo comprobado que no se puede fabricar más en España", explica Schröder.

La familia fundadora de Dogi, los Domènech, han diluido su participación hasta el 25% en los últimos años, aunque se mantiene como único accionista de referencia, y han acabado por abandonar la gestión tras pérdidas continuadas durante siete años (de 17 millones el año pasado una previsión de 18 millones para este) y una cotización bursátil a la baja.

¿Por qué una empresa de tejido especializado, con cuatro plantas en Asia y una cartera de clientes de renombre como Marks & Spencer o Chantelle no levantaba cabeza? Schröder habla de "mala gestión" y unas "ataduras sentimentales" una preocupación por mantener las plantas españolas.

Ha sido necesario un ejecutivo ajeno a la familia para dar el gran tijeretazo en España. Dogi cerrará sus plantas catalanas de Parets del Vallès y Cardedeu, mientras que la nueva planta de Masnou, donde se encuentra la sede social, reducirá su producción de 10 millones de metros cuadrados a 5,3 millones. "Hay casi un millar de clientes que suponen el 1% de las ventas y el 1000% de los problemas, así que nos vamos a centrar en los grandes pedidos, que son los más rentables", explica Schröder. El plan se traducirá en 68 millones de euros de inversión.

El consejero delegado ha visitado a cada uno de sus grandes clientes con fabricación en Europa para garantizar que mantendrán esta actividad productiva durante algunos años, lo que garantiza sus pedidos.

El grupo centrará su producción en las plantas que tiene en Estados Unidos, Sri Lanka (donde busca un socio confeccionista para fabricar ropa de baño), Tailandia y China, que será su principal factoría con 7,5 millones de metros de tejido anuales. Los centros que Dogi posee en Alemania y Filipinas también podrían sufrir algún recorte a medio plazo, mientras que los 278 puestos de trabajo que continuarán en España están garantizado al menos hasta 2010.

La particular revolución que el nuevo patrón tiene preparada para Dogi también pasa por los directivos, a los que quiere pagar en función de los resultados de la empresa. "Hoy en día la parte variable de su remuneración es de un 25% o un 30%, y yo creo que debería ser de un 60%. Si Dogi no gana dinero, los gestores tampoco", sentencia.

Pero la compañía sí espera beneficio para el próximo año, de 800.000 euros, gracias a su "agresivo" plan de reestructuración. El grupo también calcula ganancias de 3,4 y 4,9 millones en 2009 y 2010. Ahora es el mercado el que tiene que creer en estos proyectos. Al presentar el plan, esta semana, Dogi cayó un 9,75% en Bolsa. De momento, Ibersecurities recomienda vender.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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