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250 kilos de pintura

No son las siete de la mañana cuando comienza la acción: cinco zodiacs salen del Rainbow Warrior, el buque insignia de la organización ecologista, fondeado a cierta distancia de la costa. Nacho los espera en tierra con Juanita, una furgoneta veterana llena de bollos y raspaduras. Nacho, madrileño de 39 años, es el logista, el conseguidor de cosas, como se prefiera.

Juanita parece el bolso de Mary Poppins cuando de su interior va saliendo todo el material necesario: rodillos, 250 kilos de pintura, monos amarillos, agua, barritas energéticas. Enfrente espera una macro-estructura de 411 habitaciones y 21 plantas, dentro del Parque Natural Cabo de Gata Níjar: el hotel Algarrobico.

Son más de las diez de la mañana cuando un grupo de activistas sale de la zona vallada: se trata de los tripulantes del Rainbow Warrior, que ha de seguir navegando dentro de su campaña Salvemos el Mediterráneo. Dos agentes de la Policía Local y cinco guardias civiles identifican a siete jóvenes de diversas nacionalidad: Italianos, mexicanos, belgas y españoles.

A las 14.30, Óscar, Nacho y los demás compañeros salen del edificio con su misión cumplida. "Ilegal" ocupa 1.200 metros cuadrados de la fachada del Algarrobico. Fuera los esperan seis o siete vehículos de la guardia civil, aunque no se producen detenciones.

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