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El conflicto de Oriente Próximo

Refugiados de segunda

Los más de 400.000 refugiados palestinos censados en Líbano son los que soportan las peores condiciones de vida de todos los que emigraron a los países vecinos tras la creación del Estado de Israel en 1948.

Los 12 campos de refugiados establecidos en el país de los cedros padecen serios problemas. No cuentan con las infraestructuras sanitarias adecuadas, están sobrepoblados y más del 60% de sus habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza, según la ONU. Los refugiados palestinos en Líbano no tienen los mismos derechos civiles que los ciudadanos con pasaporte libanés y no pueden obtener la nacionalidad libanesa, salvo en contadas ocasiones.

Tienen un acceso muy limitado al servicio de sanidad pública y al sistema educativo. La mayoría depende enteramente de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA en sus siglas en inglés) para su educación y su atención sanitaria.

Considerados como extranjeros, los refugiados tienen prohibido trabajar por orden del Ministerio de Interior libanés en 20 profesiones. Hasta 2005 eran 72 los trabajos que no podían realizar, medicina y enseñanza incluidos. La ley también les impide que posean viviendas o comercios en propiedad y leguen sus posesiones a sus hijos.

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