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Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

Los peritos discrepan sobre qué estalló, pero admiten que sólo se encontró Goma 2 ECO

Tres expertos de parte se agarran a una de las 88 muestras para insistir en la tesis del Titadyn

Vuelta al principio. Tres años y dos meses después del 11-M, el informe sobre los explosivos sólo concluye que todo lo recogido sin estallar es Goma 2 ECO y que es imposible ponerle nombre comercial a lo que explotó en los trenes, tras someter a todo tipo de pruebas las muestras recogidas. Pese a ello, tres peritos de parte se fijan en una de las 88 muestras para asegurar que una de las bombas tenía Titadyn porque, mezclado con polvo de extintor, había dinitrotolueno (DNT) y nitroglicerina. Según la policía, esa muestra ya fue analizada y "no se detectó" ninguna de esas dos sustancias.

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El informe pericial sobre los explosivos del 11-M, encargado por el tribunal, fue entregado ayer. El documento ocupa 2.397 folios, de los que 222 son las conclusiones de los peritos. Éstas se presentan por separado, sin parte común alguna. Los autores distinguen entre el explosivo no explosionado y las muestras de restos recogidas de los trenes.

La primera coincidencia es que el explosivo recuperado en la Kangoo, la bolsa de Vallecas, las vías del AVE y Leganés es, sin duda, Goma 2 ECO. La segunda es la sorpresa por la presencia de DNT en prácticamente todos los restos indubitados de Goma 2 ECO, pese a que ésta no tiene DNT en su composición. Incluso hay casos en los que de un mismo cartucho se obtuvieron tres muestras, como en el explosivo del AVE, dos contaminadas y una no.

Los peritos consideran "inexplicable" la presencia del DNT en la Goma 2 ECO intacta. Los únicos que ofrecen una explicación son los dos químicos de la policía, que subrayan que en 24 de las 26 muestras de explosivo sin estallar se detecta "un muy pequeño porcentaje de DNT y en 9 de ellas, de nitroglicerina".

Los peritos han hecho experimentos y han detectado que las bolsas de plástico en las que los Tedax recogían las muestras son permeables. Por un lado, evaporan el nitroglicol, altamente volátil y, por otro, permiten contaminaciones ambientales. Dicha contaminación o mezcla se habría producido por efecto del "tiempo transcurrido hasta la realización de la analítica, a los envases en que se han almacenado las muestras y a los lugares de almacenamiento", asegura la policía.

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La Guardia Civil añade que la presencia de DNT va "contra toda lógica" y que las muestras han sufrido "una alteración". Por tanto, coinciden ambos cuerpos, las muestras se han alterado, por contaminación casi con seguridad.

Lo que ha ocurrido, a juicio de la policía, es que esas muestras han sufrido una "contaminación ambiental", posiblemente en el lugar donde las muestras de explosivo intacto fueron almacenadas por los Tedax en la central de policía de Canillas. Esta tesis, en cambio, es descartada por dos peritos de parte que no dan razón alguna de la presencia del DNT.

La contaminación ambiental, según la policía, explicaría la presencia de rastros de DNT en innumerables muestras, tanto de explosivo intacto como de los restos recogidos de los trenes. Este tipo de contaminación, agregan, también se produjo con la muestra M-1, procedente de una de las tres bombas que explotaron en El Pozo (una de ellas, al intentar desactivarla los Tedax).

Esta analítica ha extrañado a la policía. La muestra M-1, argumentan sus peritos, ya fue analizada el día del atentado y entonces "no se detectó la presencia ni de nitroglicol, ni de DNT o nitroglicerina. En la presente analítica se han detectado las tres sustancias explosivas. Esto puede ser debido a las buenas propiedades adsorbentes de la muestra, que es un polvo de extintor con una superficie específica muy alta".

Sin embargo, los tres peritos de parte se agarran a la muestra M-1 para insistir en la tesis de la Titadyn, que no sostienen con las restantes muestras de los focos. Uno dice que la composición de esa muestra es "más parecida" al Titadyn que a la Goma 2 ECO; el segundo cree "altamente probable" que, al menos en ese foco, estallase Titadyn. Y el tercero alega que, si el explosivo de esa muestra es el habitual de ETA, entonces todo lo que estalló fue Titadyn. Sobre la posibilidad de que sea Goma 2 EC, que sí tiene esas sustancias y estaba presente en Mina Conchita, mezclada con Goma 2 ECO, ni se pronuncian.

La Guardia Civil no puede decir qué explotó en los trenes: "Con criterio científico, no es posible conocer ni el número, ni la naturaleza de los explosivos utilizados en los focos de las explosiones. Salvo que posiblemente se trataba de un explosivo de base nitrada". Es decir, lo mismo que se sabía el 11-M, cuando se dijo dinamita, y nada más.

Finalmente, los expertos policiales explican el hallazgo de metenamina en una de las muestras señalando que el propio cromatógrafo de gases la genera al analizar la dinamita. La metenamina fue el anteúltimo clavo ardiendo al que se agarraron los teóricos de la conspiración.

EL PAÍS (Fuente: Informe policial incorporado al sumario del 11-M.)

El móvil compromete a la ex mujer de Trashorras

La imagen de Carmen Toro como simple observadora de las actividades de su ex marido, José Emilio Suárez Trashorras, quedó ayer en entredicho. Los agentes que estudiaron el tráfico de llamadas de la trama asturiana sugirieron que ésta estuvo al tanto de los viajes que organizaba su ex pareja a Madrid para enviar explosivos y revelaron que mantuvo al menos siete contactos telefónicos con Jamal Ahmidan, El Chino, en las fechas previas al saqueo de mina Conchita. También revelaron la existencia de una conversación entre Trashorras y Serhane El Tunecino, el 6 de febrero de 2004, desconocida hasta ahora.

Los guardias admitieron que era posible que Trashorras usara el móvil de su mujer. "Pero dado que solía tomar muchas medidas de seguridad, cabinas y tarjetas prepago, no es lógico, porque sería una torpeza, que llamase al Chino desde el teléfono de su mujer, que se podía localizar", argumentaron.

Los agentes detallaron el tráfico de llamadas de Carmen Toro, incluso desde su puesto de trabajo como vigilante de seguridad en un gran almacén, para subrayar que, a su entender, estuvo al tanto de los viajes a Madrid, supuestamente con explosivo, del Gitanillo (ya condenado) y de Javier González.

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