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El juez ve homicidio en el 'mosso' que mató a un deficiente, pero cree que el agente se defendió

Un juez de Arenys de Mar (Barcelona) ha imputado por homicidio y lesiones al agente de los Mossos d'Esquadra (policía autonómica catalana) que el jueves mató a tiros a un enfermo mental que le atacó. El policía, que ayer declaró durante casi tres horas, quedó en libertad porque nadie ha solicitado que se le apliquen medidas cautelares.

La víctima, Juan Antonio Aroca, de 33 años y vecino de Malgrat de Mar, padecía esquizofrenia y, ante su creciente agresividad, sus padres tenían previsto ingresarlo en un centro psiquiátrico. Pero Juan Antonio se negó, reaccionó de forma violenta y trató de agredir con un pico al mosso imputado.

El agente, de 25 años, se vio "acorralado" y, en un estado de nerviosismo, realizó una serie de disparos. Uno de ellos hirió, de rebote, al padre de la víctima. "El agente efectuó, con toda seguridad, más de cinco disparos", explicó a la salida del juzgado el abogado de la familia, Francesc Soler, en una actuación que tildó de "desproporcionada". El consejero de Interior, Joan Saura, reiteró ayer que el policía actuó en "legítima defensa" y calificó el hecho de "accidente desgraciado".

El delito de homicidio podría suponer una pena de nueve años de prisión, pero el magistrado estima en un auto que, aún sin haberse iniciado el proceso, se aprecian "con nitidez" datos objetivos que determinan que podría haber una eximente completa de legítima defensa y otra de cumplimiento del deber.

Versión de nueve agentes

Tras escuchar la versión de los otros nueve agentes que estuvieron presentes durante el incidente, del personal sanitario y de la madre del fallecido, el juez entiende que "existió una agresión ilegítima" por parte de la víctima, y que los disparos del mosso tuvieron un "exclusivo ánimo defensivo", pues "el agente no tenía otra opción para frenar la agresión". Del mismo modo, considera que el agente actuaba en el ejercicio de su cargo y que podía utilizar su arma reglamentaria. El auto del juez hace referencia también a los numerosos antecedentes de Juan Antonio Aroca, entre los que figuran tres condenas por delitos de lesiones, una por robo con fuerza en las cosas, uno por atentado a la autoridad y una por conducción bajo los efectos del alcohol.

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El fallecido, a quien habían diagnosticado esquizofrenia paranoide agravada por consumo de tóxicos, estaba también siendo procesado por un delito de tentativa de asesinato, otro de atentado, dos de lesiones y un tercero más de conducción temeraria y atentado. Según consta en el auto, el enfermo había alcanzado una fase de "descontrol" de su enfermedad el pasado fin de semana, hasta el punto de que sus padres se personaron en el juzgado de guardia de Arenys de Mar el pasado 30 de abril para pedir que volviesen a ingresarle en un hospital.

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