_
_
_
_
_
Fin de semana
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Paisanaje

La posmodernidad ha llevado al retrato fotográfico por una deriva muy singular. Ha quedado atrás cualquier interpretación estrecha del mismo. La sencilla identificación de un individuo ha dejado paso a otro tipo de representaciones más complejas. Se ha convertido en soporte de una expresión psicológica o, por el contrario, de una fría neutralidad. Otros autores buscan innovaciones en el género y plantean nuevos caminos en los que la objetividad cede ante la mirada crítica, que pone en solfa a las puestas en escena o trata de encontrar cierto grado de fetichismo en la expresión humana.

Gorka Murillo navega por estos últimos derroteros. Los 18 retratos que expone en el Espacio de los Mundos de Vitoria así lo ponen de manifiesto. Bajo el título común Society, los presenta repartidos en cuatro paquetes diferentes. Cada uno de ellos muestra una vía distinta de investigación, en formas y contenido, de las representaciones humanas que realiza.

En uno de los casos juega con un fondo azul celeste, donde la presencia humana rompe cualquier previsión compositiva imaginable. Los personajes, hombres o mujeres, parecen desear alcanzar el espacio del encuadre saltando. Unos se asoman por los pelos, otros consiguen meter su cabeza y ninguno el cuerpo entero. Con gestos un tanto tragicómicos, nunca terminan de ocupar todo el espacio que abarca el visor de la cámara, dejando insatisfechas sus ganas de figurar.

En una segunda vertiente, el protagonismo del retrato se centra en un espejo. En toda esta serie el protagonista enfrentado al cristal refleja un gesto distinto al que realiza. Digamos que, por el recurso del montaje, se ven enfrentados deseo y realidad, para lanzar un interrogante al espectador y, sobre todo, establecer un grado intenso de duda.

En otro caso enfrenta a sus personajes, siempre distintos, directamente a la cámara. Pero, en lugar de mantenerles con un gesto neutral, un tanto manido por las corrientes conceptuales, lo hace con los ojos acuosos. Lágrimas a punto de romper y que no terminan en el rostro, momentos de tensión en los que queda para el visitante acabar la escena a su forma y manera.

Finalmente, conforma un tríptico donde participan un hombre y una mujer desnudos. A derecha e izquierda aparecen solos; en el centro, los dos juntos. Siempre con un fondo de playa partido en tres partes. Arena, agua y horizonte. Un juego de significados donde la intención o el azar juegan un papel, como poco, ambiguo. Es una exposición bien resulta técnicamente, que plantea interrogantes sobre el futuro del retrato y entretiene a los visitantes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Society. Gorka Murillo. Espacio de los Mundos. Independencia, 14; Vitoria. Hasta el 4 de mayo. Horarios: días laborables, de 9.00 a 23.00; sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 00.00.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_