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Scotland Yard detiene a tres sospechosos de colaborar con los atentados de julio de 2005 en Londres

La policía británica detuvo ayer a tres personas en relación con los atentados suicidas del 7 de julio de 2005 en Londres, que causaron 52 muertos y más de 700 heridos en convoyes de metro y un autobús. Dos hombres, de 23 y 30 años, respectivamente, fueron arrestados en el aeropuerto de Manchester cuando se disponían a tomar un vuelo a Pakistán. Un tercer sospechoso, de 26 años, fue detenido en una vivienda en la ciudad Leeds (norte de Inglaterra).

Se trata de las primeras detenciones significativas efectuadas en conexión con los atentados del 7-J. Los tres detenidos por la brigada antiterrorista de Scotland Yard están acusados de los delitos de "comisión, preparación o instigación de actos terroristas" al amparo de la ley contra el terrorismo de 2000. Podrán ser interrogados durante un plazo máximo de 28 días.

Paralelamente, la policía registró ayer cinco viviendas del área de Beeston, en Leeds, de donde supuestamente procedían tres de los terroristas suicidas del 7-J, así como un piso y un local en el este de Londres.

La policía ha estado investigando las posibles redes de apoyo y financiación de los terroristas. Scotland Yard dijo que la operación responde a varias pistas obtenidas recientemente. La policía necesita saber "quién más, además de los terroristas, conocía los planes", así como si alguien les animó o les apoyó, precisó una fuente policial.

Un informe oficial auspiciado por el Gobierno británico concluyó el año pasado que los instigadores de los atentados del 7-J seguían libres y que, con gran seguridad, había conexiones con la organización terrorista Al Qaeda, que posteriormente reivindicó los ataques en Internet.

Dos de los suicidas -el líder del grupo, Mohammed Sidique Khan, de 30 años, y su mano derecha, Shehzad Tanweer, de 22- podrían haber mantenido contacto con Al Qaeda en un viaje a Pakistán efectuado a finales del 2004. Khan, Tanweer y Jermaine Lindsay, de 19 años, detonaron las bombas que llevaban ocultas en sus mochilas en tres vagones del metro el 7 de julio del 2005. Hasib Hussain, de 18 años, hizo estallar la suya en un autobús de línea. Todos los terroristas tenían nacionalidad británica.

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Los atentados coincidieron con la cumbre del G 8 (los siete países más ricos más Rusia) que se celebraba en Gleneagles (Escocia).

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