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Entrevista:JUAN LUIS GALIARDO | Actor

"He sido muy mal amante"

Con 67 años y tres hijos, parece estar de vuelta de casi todo y haber llegado a ponerse en paz consigo mismo. Le gusta mucho el deporte, nada continuamente y es una de las mejores marcas del país en 60 metros braza para mayores de 65 años. Juega al dominó y lee "libros con enjundia: me gusta profundizar en la vida espiritual".

Pregunta. Humo: un conferenciante antitabaco que fuma detrás del telón. ¿Es igual de jeta fuera del escenario?

Respuesta. No. Yo soy de verdad, ahora. Tengo que ver con un hombre frágil que por fin lo acepta.

P. ¿La ministra Salgado patrocina la función?

R. No. Propusimos que ayudara y dijo que no.

P. Habla de posar desnudo. ¿Es un farol porque lo exige el guión?

R. Lo exige el guión y, desde luego, ahora no me atrevería. Cuando lo hice era mucho más enfermo.

P. La obra plantea la dicotomía verdad-mentira y la fe. ¿Usted cómo anda de fe?

R. Pues tengo mucha en mi trabajo, en la familia y en deberes y derechos. La había perdido, pero ahora tengo una cierta ilusión por algunas cosas de mi vida, y eso es la fe.

P. ¿Le cundió en la vida su estampa de galán achulado?

R. No. Me siento muy triste y muy avergonzado. Y, sobre todo, creo que fue una pérdida de tiempo enorme.

P. Ya no es tan picaflor,

R. No. Qué estupidez, Dios mío.

P. Un amigo suyo le califica de sinvergüenza encantador.

R. Posiblemente lo fui, y me ha quedado sólo lo de encantador.

P. ¿Tiene más teatro arriba o abajo de las tablas?

R. Arriba es terapia y es verdad. Y abajo, también. El teatro y mi vida están confundidos en un acto terapéutico conjunto. Maravilloso.

P. En sus orígenes escolares están los jesuitas y los capuchinos. ¿Qué tienen que ver en su biografía sexual?

R. Mucha represión. Más los jesuitas que los capuchinos. Esa represión dio paso a una etapa de libertinaje y luego a otra de austeridad, porque el sexo bien dosificado es mucho más hermoso.

P. ¿Qué es lo más importante?

R. Ser auténtico. Esto es lo que he aprendido en largas horas de psicoanálisis. Lo más importante es vivir en la verdad.

P. Hablaba de "resbalar por las pieles femeninas". ¿Le resbalan?

R. No. Yo sigo manteniendo síndrome edípico y la mujer me atrae mucho. Lo que pasa es que me controlo seriamente.

P. Usted con las mujeres, todo Edipo.

R. No. He tenido relaciones variopintas. Lo que pasa es que mi complejo edípico me ha hecho a veces ser eyaculador precoz y muy mal amante. Pero bueno, estamos en ello, intentando rectificar.

P. Quijote, Tenorio, payaso en paro. ¿Qué papel le marcó más?

R. El Quijote, cuando profundizas en él, es un personaje tan completo que tiene de todo. Y yo, de la mano de Manolo Gutiérrez Aragón, hice una creación de la que me siento muy orgulloso. Y creo que en ella está todo: el Don Juan, el Tenorio y el payaso.

P. "Soy un actor promesa". ¿A qué espera para cumplir?

R. Bueno, yo sigo pensando que todavía me quedan franjas de personajes. En breve se estrena el que he hecho sobre Fidel Castro. Y tengo propuestas inmediatas, como los Esperpentos de Valle-Inclán.

P. Su psiquiatra le enseñó a usar las palabras. ¿Es usted más travieso o más asesino?

R. Tuve una época en la que, desgraciadamente, escondía a un asesino, a un padre al que juzgué estúpidamente. Y me podía haber convertido en un asesino. Ahora no soy ni travieso ni asesino. Ahora soy un superviviente.

P. ¿Es ludópata en algo más que el póquer, el dominó y el sexo?

R. Pues mire, ya sólo me queda ludopatía en el dominó.

P. ¿Se siente cómodo en pieles de perdedor?

R. Sí. Pienso que cualquier actor medianamente inteligente a partir de los 40 años se puede sentir mejor entre los perdedores que en cualquier otro sitio. Solamente la juventud frívola puede permitirse ser ganadora.

P. "Y yo, de gatillazo en gatillazo". ¿Ésas tenemos?

R. No. Eso fue. Ahora procuro dosificar el sexo y cumplir como se debe.

P. O sea que se le ha pasado lo de eyaculador precoz.

R. Sí. Ahora ya no somos ni estreñidos ni eyaculadores precoces. Sólo nos queda lo del alopécico difuso más o menos disfrazado.

Juan Luis Galiardo, el lunes en Madrid, donde protagoniza la obra<i> Humo,</i> de Juan Carlos Rubio.
Juan Luis Galiardo, el lunes en Madrid, donde protagoniza la obra Humo, de Juan Carlos Rubio.RAÚL CANCIO

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