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Crónica:Baloncesto | Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

Bullock evita el sofoco

El base del Real Madrid resulta capital en la esforzada victoria sobre el Gran Canaria, que estuvo a punto de dar la sorpresa

Málaga

Al colectivo que mejor ha funcionado como equipo durante toda la temporada, le salvó una fantástica exhibición individual. La firmó Louis Bullock, que estuvo sencillamente genial. Por lo que hizo y por cómo lo hizo, con una finura, elegancia y dominio de los tiempos que resultó, salvo para los jugadores y aficionados del Gran Canaria, todo un placer de ser observada. Entre tanto choque, con las canchas pobladas de jugadores que parecen sacados de una factoría de clones, gente como Bullock resulta impagable. Por lo que suponen en el juego y también porque representan la confirmación que todavía hay hueco para el talento en estado puro, ese que tampoco necesita tener un cuerpo escultural para poder llevar al baloncesto a unos terrenos mucho más sutiles.

REAL MADRID 85 - GRAN CANARIA 82

Real Madrid: López (2), Bullock (33), Milic (7), Reyes (20), Hernández Sonseca -cinco inicial-, Hervelle (4), Tunceri (6), Sekulic, Smith (13), Martín y N'Guema.

Gran Canaria: Fernández (8), Hunter (13), Moran (7), Vroman (4), David (25) -cinco inicial-, Guerra, Savane (11), Pérez (5), Norris (4), Baldo (5).

Árbitros: Hierrezuelo, García Ortiz y Conde.

Unos 10.000 espectadores, entre ellos el presidente del club madridista, Ramón Calderón, en el Pabellón José María Martín Carpena de Málaga.

1º CUARTO: 22-12

2º CUARTO: 22-24

3º CUARTO: 17-23

4º CUARTO: 24-23

El norteamericano, liberado este año de cuestiones de intendencia que le lastraron la temporada pasada, vive momentos esplendorosos. Si no que se pregunten a la defensa canaria, que a pesar de sus intentos no pasó de mero espectador de sus filigranas. Siempre que estuvo él en el campo, el Madrid tuvo norte y referencia. En los minutos finales, su valor se torna incalculable, pues en la línea de tiros libres suele fallar de pascuas a ramos. Si el Madrid sigue a estas horas en Málaga, no hay mayor razón que la que supuso Bullock.

Para los madridistas el sofoco de cuartos de final fue mayor de lo esperado. Desde el principio dio la sensación que el Madrid jugaba en viernes pero pensaba en el fin de semana. Su aparente intención, sin desmerecer el esfuerzo que supone cualquier partido, era no desgastarse más de lo necesario. Este objetivo resulta un complicado ejercicio de equilibrio y no es la primera vez que de tanto gestionar hombres y energías, no acabas de romper el partido ante un rival inferior y al final las apreturas en el marcador te obligan a quemar excesivas calorías físicas y mentales. Algo de esto le ocurrió al Madrid, a pesar que durante el primer tiempo tuvo un par de momentos de esos en los que el Gran Canaria, preso de todo tipo de males, sobre todo el de altura, andaba a un empujón de salirse del partido. El primero tuvo lugar en el primer cuarto, donde Felipe Reyes demostró sobradamente el crecimiento como jugador que ha experimentado esta temporada, debido sobre todo a la mayor riqueza ofensiva que se puede permitir una vez que ha dotado a su juego de un tiro solvente.

El segundo supuso la puesta en marcha de Bullock, con una serie inmaculada volvió a hacer coincidir realidad y pronósticos. Pero el Madrid no estaba para mucho más que agarrarse a su estrella norteamericana. Entre esto y la destacable constancia del Gran Canaria, más voluntarioso que acertado salvo en el caso de Kornel David, fue suficiente para poner definitivamente al Madrid en un aprieto mucho mayor que el teórico (61-62, 8 minutos para el final). La cosa no fue a peor para los intereses blancos porque contó con la ayuda inestimable de un rival, de nombre Hunter.

En un momento decisivo, con el Madrid metido en un montón de dudas, Hunter quiso ser el héroe no estando llamado para ello. Encadenó hasta cinco acciones desafortunadas que dieron un poco de aire al Madrid. El resto lo puso un par de defensas contundentes, el mejor manejo de situaciones extremas y el de siempre. No es de extrañar que el partido lo cerrase él con dos tiros libres. Tirados, como todos sus lanzamientos, con la máxima suavidad. ¡Que jugador éste Sweet Louis!

Bullock intenta encestar ante la presión de Roberto Guerra.
Bullock intenta encestar ante la presión de Roberto Guerra.EFE

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