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Una filial muy dependiente

Nacida en el año 1975 de la fusión de Liena y Sitre, la filial Sintel surge de la necesidad que tiene Telefónica en ese año de abastecerse en el mercado nacional de sistema de redes y telecomunicaciones. Desde 1975 a 1982 es suministradora única de Telefónica, a la que tiene vendida toda su producción, lo que se convierte en el germen de su crisis. Al liberalizarse el sector, a mediados de los ochenta, otras empresas ofrecen mejores precios y servicio, y Sintel entra en crisis. Lo que era una solución en 1975 se convierte en 1987 en un problema. Entre 1988 y 1992 mantiene la actividad, pero la recesión de 1993 la aboca a la crisis. En abril de 1996, con el PSOE aún en el Gobierno, Telefónica vende Sintel al empresario cubano-estadounidense Jorge Mas Canosa. Éste intentó dos regulaciones de empleo que no logró por la oposición sindical. Posteriormente, Carlos Gila, hijo del que fuera diputado del PP, la compró por un euro ya en suspensión de pagos, pero no logró lanzarla por falta de carga de trabajo. En el año 2000 quebró.

La plantilla, compuesta por 1.750 trabajadores, protagonizó en los siete primeros meses de 2001 una gran movilización sindical al instalar un campamento para todos los trabajadores en pleno paseo de la Castellana de Madrid. Esta acción contó con la comprensión de la opinión pública y de los sindicatos. Telefónica, Gobierno, plantilla y centrales, tras esta presión popular, lograron un acuerdo que resolvía la parte social del conflicto. Pero la fuerza que consiguió la Asociación de Trabajadores de Sintel, con Adolfo Jiménez a la cabeza, hizo que quisieran gestionar el plan de ayudas a su modo. El comité de empresa de Sintel se enfrentó a la dirección de CC OO. Unos 230 ex empleados lograron poner en marcha la filial Sintratel.

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