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21ª edición de los premios Goya

Un triunfo en diferido para Almodóvar

'Volver' logra los Goyas más importantes y Guillermo del Toro se consagra en el cine español

Elsa Fernández-Santos

Volver se impuso ayer en los premios Goya. Mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor actriz secundaria y mejor música convertían el último filme de Pedro Almodóvar en el ganador de la noche y a él en el gran ausente. Todo su equipo le nombró repetidas veces y le dio una y otra vez las gracias. Su actriz protagonista, Penélope Cruz, leyó una carta de agradecimiento cuando se conoció que el Goya al mejor director era para él. Desde su casa de Madrid, Almodóvar seguía la gala en diferido, "con cervezas, patatas y amigos", apuntó su hermano Agustín. El presentador Jesús Corbacho bromeó repetidas veces con la ausencia del director (anunciada desde el jueves), mientras los miembros de su equipo evitaban dar importancia al vacío en su butaca. En directo -y por sms- le llegaba la noticia de cada premio. "¡Vuelve Pedro¡", gritaba el presentador.

El laberinto del fauno, la película de Guillermo del Toro que cuenta la aventura de fantasía y horror de una niña en la Guerra Civil española, fue la otra gran triunfadora de la noche. Con siete Goyas (mejor guión original, mejor actriz revelación, mejor fotografía, mejor montaje, mejores efectos especiales, mejor maquillaje y peluquería) el filme de Del Toro -estrenado, como Volver, en el último festival de Cannes- parece una bola de nieve que no para de crecer. Sus seis candidaturas a los próximos Oscar y los premios que recibió ayer en los Goya confirman que su carrera sólo acaba de empezar.

El director mexicano llegó acompañado por todo su equipo. La actriz Maribel Verdú, el actor Sergi López, el productor y cineasta Alfonso Cuarón, la niña Ivana Baquero, el director de fotografía Guillermo Navarro... Sujetando con el pulso tembloroso su Goya al mejor guión original, Del Toro expresó su "respeto" y "profunda admiración" por el cine español. "Fue aquí donde creyeron en un proyecto descabellado como éste. Creo que México y España juntitos van a hacer lo mejor".

Alatriste y AzulOscuroCasiNegro empataron con tres Goyas. Los de Alatriste (vestuario, dirección de producción y dirección artística) supieron a poco, los de la ópera prima de Daniel Sánchez Arévalo (mejor actor revelación, mejor actor de reparto y mejor dirección novel) a muchísimo. "Le doy las gracias a mis padres, por darme tanto amor y tantos traumas que luego he convertido en historias", dijo el joven director.

Nadie dudaba del Goya a Penélope Cruz por Volver. Su llegada al Palacio Municipal de Congresos ensombreció a los demás. Vestida de Carolina Herrera, de gris y de encaje, nerviosa y llorosa, la actriz recogió el segundo Goya de su carrera. Siete años separan la noche de ayer a la de 1999, cuando logró el Goya por La niña de tus ojos. Si aquel premio marcó el despegue de su carrera internacional, Volver la consagra. "Se lo dedico a mis hermanos y a mis padres por no hacerme sentirme como un bicho raro cuando les dije que quería dedicarme a esto", dijo la actriz, que levantó la mirada y, apuntando con los ojos al monitor que la grababa, añadió que el premio era de "Pedro". "Te lo debo por tu confianza, tu generosidad y todo lo que me has enseñado".

Carmen Maura, que interpreta a su madre en Volver, lograba el Goya a la mejor actriz de reparto. Mucho más contenida, Maura (con toquilla de piel y moño) se tomó el premio como "un homenaje por seguir en la brecha". También se lo agradeció a Almodóvar y, con más emoción, a las otras dos actrices de Volver también candidatas al mismo premio: Lola Dueñas y Blanca Portillo.

Otro gran cómico, Juan Diego, recogía el Goya como mejor actor por Vete de mí. El actor, exultante, gritó "¡por la profesión!" y recordó que la película dirigida por Victor García León es una historia "de actores". Su histrionismo contrastó con la contención de la mejor actriz revelación, Ivana Baquero, la preciosa niña de El laberinto del fauno.

La 21ª edición de los premios Goya arrancaba con una intro de Jesús Corbacho que recordaba a la que el cómico estadounidense Jon Stewart realizó para los últimos Oscar. Un sketch en el que el presentador parodiaba lo que parece un regalo envenenado: presentar unos Goya. Corbacho impuso un ritmo veloz a la ceremonia. El miedo a que los Goya se convirtieran una vez más en una soporífera mera entrega de premios obligó a que el ritmo acelerado se impusiera. La nueva presidenta de la Academia, Ángeles González-Sinde, que recordó la función "liberadora" del cine, evitó hacer un discurso victimista y apeló al cine como un lenguaje fundamental para entender la vida. "El cine es ante todo un recurso para vivir mejor, un instrumento del sentir y del pensar que valida nuestra experiencia cotidiana", dijo la presidenta, que, vestida de David Delfín, acudió junto a algunos de su predecesores -José Luis Borau, Aitana Sánchez Gijón, Mercedes Sampietro y Marisa Paredes- y Carmen Calvo, ministra de Cultura, que de blanco y negro se puso unos interminables guantes a lo Gilda.

Carmen Maura, mejor actriz de reparto por <b><i>Volver,</b></i> junto al productor de la película, Agustín Almodóvar
Carmen Maura, mejor actriz de reparto por Volver, junto al productor de la película, Agustín Almodóvar
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Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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