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CiU y PP exigen que se paralice el proyecto del túnel del AVE por el centro de Barcelona

Renfe incorpora hoy cuatro nuevos trenes para reforzar los servicios de Cercanías

Ayer hubo en Barcelona dos noticias buenas y varias malas, en el mundo del ferrocarril. Las malas son que la oposición, CiU y PP, ha decidido hacer causa común con la alarma por bandera frente a las obras del AVE y pedir que se pare todo lo relacionado con el túnel por Barcelona; las buenas fueron decisiones del Ministerio de Fomento: poner a disposición de Cercanías cuatro nuevos trenes Civia para reforzar el servicio y destinar este año casi 100 millones de euros para obras en la red de Cercanías y la estación de Sagrera. La actitud de la oposición se vio ayer en una comisión municipal. Saltaron chispas de todos los colores, con expresiones como "sinvergüenza" y "demagogo", una escena de desacuerdo total.

CiU es bastante prudente en sus críticas al túnel del AVE. De momento no ha utilizado nunca, aunque lo ha rondado, el fantasma del hundimiento del Carmel. El PP no tuvo ayer reparos en hablar del Carmel para argumentar la conveniencia de no hacer el túnel a través de Barcelona. La respuesta del primer teniente de alcalde, Xavier Casas, fue contundente: acusó al concejal Jordi Cornet (PP) de hacer alarmismo y de recrearse en la demagogia.

Era la comisión de urbanismo y se debatía una propuesta de CiU en la que se reclamaba la paralización de todo tipo de trabajo relacionado con el túnel del AVE y la aceleración de los trabajos de la estación de Sagrera.

Josep García Plans (CiU) argumentó que el túnel por el centro de Barcelona había perdido su sentido al no hacerse la estación en el paseo de Gràcia. El PP fue más claro: el hundimiento del Carmel hace que el tripartito no pueda hacer según qué obras porque la ciudadanía no se fía de su capacidad. Que las obras del AVE no las haga ni el tripartito municipal ni el tripartito autonómico, porque las hace el Ministerio de Fomento, no restó un ápice de convicción al concejal Jordi Cornet, que repitió no menos de 15 veces la misma expresión: "Ustedes no tienen credibilidad".

A Casas, que contó en algún momento con el apoyo incondicional de los socios de Gobierno, le habían servido la respuesta en bandeja. Primero se permitió acusar a la oposición de maniobrar con un único objetivo: reducir a la nada el papel de Barcelona, actuar contra la ciudad. Ya lo hicieron, dijo, cuando estaban en el Gobierno catalán (CiU) y central (PP) forzando al Ayuntamiento de Barcelona, que propugnaba la línea del AVE por el litoral, a aceptar que pasar por el centro. Pero su verdadero proyecto, sostuvo Casas, era que Barcelona no tuviera estación. De ahí que CiU insistiera, como hace ahora, en que se haga primero la línea del Vallès para que Barcelona se quede sin tren de alta velocidad o lo tenga, como Reus y Valls, a kilómetros de distancia.

Luego fue más allá y acusó a CiU de incoherencia. La base principal para pedir que se pare el proyecto del túnel es la hipotética inseguridad. "No nos piden que se garantice la seguridad, sino que se pare todo. Eso no aumenta la seguridad". Luego, Pilar Vallugera remataría: "Si se acepta su tesis nunca más se podrán hacer obras en Barcelona".

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Casas insistió: "Los suyo es esperpento. De modo que no hay que hacer el túnel porque es inseguro y porque sin la estación no sirve para nada. Pero la seguridad no depende para nada de la existencia de la estación", argumentó, para recordar que en esa estación no iba a parar ningún AVE. Sólo estaba previsto que parasen los trenes regionales y los de larga distancia.

Además, la construcción del tercer túnel servirá para arreglar de una vez, explicó Casas, el servicio de Cercanías, al permitir una mayor frecuencia de trenes (de los 30 actuales a unos 50 por hora).

Las réplicas fueron muy blandas. Cornet se puso tan nerviosos que perdió incluso la sintaxis. García Plans fue más consistente y sostuvo que la única demagogia es la del equipo municipal, que pretende tener la verdad absoluta. "Es su tozudez la que perjudica a Barcelona", afirmó.

Los cuatro nuevos trenes se suman a los ocho que se incorporaron en diciembre. Esto hace que en hora punta la capacidad de los trenes aumente en unas 5.000 plazas. Otro asunto es que puedan circular.

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