El Vaticano denuncia una ola de críticas contra la Iglesia
El Vaticano denunció ayer "una ola de críticas contra la Iglesia Católica polaca", tras la dimisión del arzobispo Stanislaw Wielgus. El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, hizo pública una nota en Radio Vaticano en la que afirma que el caso de Wielgus "no es el primero y no será el último caso de ataque a personalidades de la Iglesia utilizando documentos de los servicios secretos del pasado régimen". Lombardi dijo que no hay que olvidar que los documentos comprometedores "han sido escritos por los funcionarios de un régimen opresor y chantajista".
El papa Benedicto XVI aceptó ayer la dimisión de Wielgus. La noticia fue difundida en Polonia a través de un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano. "El Santo Padre", se lee en el texto, "ha aceptado la dimisión de monseñor Stanislaw Wielgus y ha nombrado al cardenal Jozef Glemp, Primado de Polonia, administrador de la Diócesis de Varsovia, hasta nueva decisión".
Hasta el último momento el Vaticano defendió con determinación el nombramiento del arzobispo de Varsovia, incluso después de que el jueves la prensa polaca publicara 68 páginas de documentación que probaban su colaboración con los servicios secretos comunistas.
La decisión de Benedicto XVI de apoyar a Wielgus "tendrá consecuencias dolorosas", comentó ayer Bronislaw Geremek, hombre cercano al Papa Juan Pablo II y figura clave en la revolución democrática polaca. En una entrevista con La Repubblica, Geremek dijo que Karol Wojtyla no hubiera permitido el nombramiento.
En un primer momento, Wielgus admitió que había mantenido contactos con los servicios secretos, aunque siempre rechazó las acusaciones de "colaborador". Una explicación que debió convencer la Santa Sede, que en un comunicado del 21 de diciembre afirmaba que "en la decisión de su nombramiento habían sido consideradas todas las circunstancias de su vida".
