_
_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Mario Llerena, intelectual cubano

Fue aliado de Castro y luego su detractor

Llerena conoció a Castro en México a mediados de los años cincuenta, mientras Castro se preparaba para invadir Cuba y derrocar al dictador militar Fulgencio Batista. A petición de Castro, Llerena se sumió en la redacción de los ideales democráticos que cimentaron el movimiento castrista en los primeros días del levantamiento. El documento, Nuestra razón, fue publicado en México. En 1957, unos meses después de que se creyera que Castro había sido asesinado en la invasión, Llerena desempeñó un papel fundamental a la hora de frenar el intento del general Batista por censurar cualquier noticia al respecto.

Después de que The New York Times publicara tres artículos del corresponsal Herbert L. Matthews en los que se revelaba que Castro estaba vivo y creando una fuerza rebelde en las montañas de Cuba, Llerena, que se encontraba en Nueva York, hizo fotocopias y se las envió a más de 3.000 personas que figuraban en el Registro Social de La Habana. Con un inglés fluido y un doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad de La Habana, Llerena fue nombrado presidente del brazo neoyorquino del Movimiento 26 de Julio, el nombre que dio Castro a su insurrección. En Cuba, Llerena fue líder del Comité por la Libertad Cultural, un grupo opuesto a la censura y las duras políticas del Gobierno de Batista.

Mientras Castro cobraba importancia en Cuba y Estados Unidos, Llerena viajó mucho, afirmando que Estados Unidos debía impedir el envío de armas al Gobierno. En octubre de 1957, viajó a Miami como parte de un equipo de cubanos que representaban a Castro para firmar un pacto de cooperación con otros grupos contrarios al general Batista. Pero la acción enfureció a Castro, que se sintió marginado por el acuerdo de repartición del poder. Abandonó el grupo y acusó a Llerena de actuar sin haberle consultado. Antes de que las fuerzas de Castro entraran triunfalmente en La Habana el 1 de enero de 1959, Llerena, que abrigaba unas visiones más moderadas, abandonó el movimiento rebelde citando diferencias ideológicas. Trabajó en Cuba como periodista político, fue crítico con el giro de Castro hacia el comunismo, y en abril de 1960 partió hacia el exilio a Nueva York.

Rafael Mario Ramón Llerena nació en Placetas, en la provincia de Las Villas, en Cuba Central, el 5 de marzo de 1913. Estudió en el Princeton Theological Seminary para convertirse en ministro presbiteriano, pero cambió de idea y se pasó a la escritura. Más tarde enseñó español en la Universidad de Duke, antes de regresar a Cuba.

Deja a su mujer, Noemi Gálvez, con quien se casó en 1966. Su primer matrimonio con Laura Hernández, celebrado en 1946, acabó en divorcio. Además de su hija Stella, tenían un hijo, Mario, que también vive, y dos hermanas, María Velásquez, de North Bergen, Nueva Jersey, y Nora Gil, de Weehawken, Nueva Jersey; un hermano, Pablo, también de North Bergen; y cuatro nietos.

Después de romper con Castro, Llerena se convirtió en un personaje importante entre los exiliados cubanos. En 1978, publicó La revolución insospechada: origen y desarrollo del castrismo, en el que acusaba a Castro de engañar a numerosos seguidores cuando adoptó el comunismo. También publicó varias recopilaciones de sus ensayos periodísticos sobre la revolución.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_