Touriño reclama un "gran acuerdo" contra la "excesiva presión urbanística"

El presidente de la Xunta confesó ayer sus preocupaciones sobre el futuro de Galicia ante el altar de la catedral. Entre mitras e incienso, Emilio Pérez Touriño invocó la necesidad de "grandes acuerdos" para salvar al país de males como la "excesiva presión urbanística" o el "deterioro" del medio ambiente. El socialista representó al Rey en la misa que desde el Medievo conmemora el supuesto traslado a Compostela del cuerpo del apóstol. Ante Touriño, el arzobispo Julián Barrio se refirió sin citarlo al Gobierno de Zapatero y lo censuró por querer "eliminar" los "símbolos religiosos" de la sociedad.

Emilio Pérez Touriño se estrenó ayer como enviado del rey Juan Carlos en una ceremonia instaurada por Alfonso VI El Bravo en el siglo XII, en plena cruzada contra la España musulmana. El presidente de la Xunta aprovechó el acto católico para pedir a ciudadanos y gobernantes "conciencia" y "responsabilización" para combatir el "deterioro" que sufre la naturaleza en Galicia. Ante el altar de la catedral de Santiago, Pérez Touriño culpó de los estropicios medioambientales que sufre el país a la "excesiva presión urbanística" y a los "hábitos de explotación" de los recursos naturales "sobre los que todos debemos reflexionar seriamente".

"Encontraremos, Señor Santiago, el camino del reencuentro con nuestra naturaleza, con nuestros mares limpios y con nuestros campos verdes, con un urbanismo responsable", manifestó el presidente gallego que, al igual que el arzobispo, utilizó el castellano y el gallego en su discurso. El máximo responsable de la Xunta apeló al "diálogo" y al "trabajo" a fin de lograr "los grandes acuerdos que Galicia necesita" para ser una comunidad "democrática, justa y próspera".

Para construir ese país con el que Touriño dice "soñar", el presidente del Gobierno autónomo abogó también por "distinguir lo que nos une de lo que nos separa" y por "poner el interés general por encima de nuestros intereses particulares". El socialista pidió ayuda al apóstol Santiago, patrón de España, para "tomar las mejores decisiones en bien de los ciudadanos" y le rogó "protección" para la Familia Real.

El presidente habló en la catedral compostelana tres horas después de que estallara una furgoneta bomba en el aeropuerto de Barajas, un atentado de ETA al que también se refirió. Pérez Touriño subrayó durante la ceremonia su "más enérgica condena" del suceso. "Estamos comprometidos, Señor Santiago, a volcar nuestros esfuerzos para superar esa lacra que tantas víctimas inocentes ha causado", afirmó Touriño como representante del Rey. "Su dolor es también el nuestro y, con él, nos solidarizamos todos los ciudadanos que queremos poner fin a estos comportamientos estériles e inhumanos y alcanzar la paz".

El responsable de la Xunta cree que España debe "afrontar los retos del presente con la misma vocación de diálogo, tolerancia y afán de consenso" que insipiraron la "modélica Transición" a la democracia. Según Pérez Touriño, es "precisamente la historia la que nos enseña que nunca debemos cejar en el esfuerzo por privilegiar aquello que nos une".

El presidente gallego recordó en su intervención en la misa "a las víctimas del hambre, de las guerras, de la violencia, de las enfermedades, de la pobreza y de la opresión política", "a las mujeres que unen a estas calamidades una humillación todavía mayor por razón de su género", y a los "niños y niñas que se ven obligados a trabajar en condiciones de esclavitud y cuyos derechos básicos a la salud, a la educación y al afecto se ven cotidianamente conculcados".

El Arzobispado de Santiago conmemora cada 30 de diciembre con una misa y una comida el supuesto traslado de los restos del apóstol Santiago desde Palestina a Padrón. Fue un rey de Castilla y León, Alfonso VI, quien creó la ceremonia y actualmente interviene en ella una autoridad que representa a Don Juan Carlos. El enviado del monarca realiza una ofrenda en la catedral en presencia del máximo responsable de la Iglesia católica en Galicia y de representantes del Ejército, el poder político y el poder judicial.

Touriño se estrenó ayer en la ceremonia de Traslación del Apóstol, ya que el año pasado fue Alberto Aza Arias, jefe de la Casa Real, quien ejerció como delegado regio. Desde 1980 han intervenido como enviados del Rey el ex presidente gallego Manuel Fraga, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; los ex presidentes del Parlamento gallego, José María García Leira y Victorino Núñez; el ex vicepresidente del Gobierno central, Narcís Serra, y el ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo.