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Fraga vota en el Senado contra la rehabilitación de Julián Grimau

Pablo Ximénez de Sandoval

Una leve tensión invadió ayer a los presentes en la Comisión Constitucional del Senado cuando debatió y votó un texto para rehabilitar la figura de Julián Grimau, fusilado por el régimen franquista en 1963. Un miembro del Gobierno que llevó a cabo el asesinato se sentaba entre los senadores.

En la moción, presentada por IU, se pide al Gobierno "la rehabilitación ciudadana y democrática de la figura de don Julián Grimau, víctima de la represión franquista". Grimau era un líder comunista detenido en 1962, torturado, condenado a muerte y ejecutado. En el Consejo de Ministros que le negó el indulto se sentaba Manuel Fraga, hoy senador del PP y miembro de la comisión. Fraga y todo el Grupo Popular se opusieron a la moción, aprobada con los votos de los demás.

El senador que proponía la moción, Eduardo Cuenca, hizo un relato pormenorizado de los hechos que llevaron a Grimau al paredón. Tras describir el truculento interrogatorio en la Dirección General de Seguridad (Grimau fue suicidado por una ventana y sobrevivió) la intervención tenía un momento calculadamente tenso: "Durante aquellas fechas se llevó a cabo una campaña de propaganda falaz por el responsable de información del régimen, que pretendía identificar a Grimau como un criminal". El ministro de Información era Manuel Fraga. Estaba sentado a dos metros del senador Cuenca, quien añadió que debería pedir perdón. Fraga no intervino.

El portavoz del PP, Carlos Gutiérrez, aclaró su rechazo a la pena de muerte y su "respeto" a Grimau como persona. Pero, tras invocar la concordia de la transición democrática, justificó su voto en que no es competencia del Legislativo, sino del Tribunal Supremo, revisar un caso ya juzgado.

El PSOE votó a favor tras incorporar una enmienda por la que la rehabilitación de Grimau se enmarcará en la futura Ley de Memoria Histórica, actualmente en tramitación. El senador de CiU Jordi Casas, aunque a favor del tema que se trataba, se mostró muy molesto con la intervención en tono acusatorio de Cuenca: "Cuando entramos en la revisión de la historia, hay quien lo hace desde un sectarismo que, francamente, nos desanima", dejó dicho.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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