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El consejo de Iberdrola respalda a Galán para negociar la compra de Scottish Power

BBVA y BBK solicitan más información sobre el acercamiento a la compañía británica

El Consejo de Administración de Iberdrola, reunido en sesión ordinaria ayer en Bilbao, respaldó al presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, para que negocie la compra de la compañía Scottish Power. En el transcurso del consejo, que duró cinco horas, BBVA (5,5% del capital) y BBK (7,5%), según fuentes de la compañía, expresaron su deseo de recibir toda la información sobre las negociaciones. Si éstas se concretan, la posible compra tendrá que someterse a la aprobación del consejo y de la junta de accionistas. Las acciones de Iberdrola cedieron ayer un 2,03%.

Ignacio Sánchez Galán cerró ayer con un triunfo una semana muy agitada. En apenas 48 horas, de vuelta de EE UU, logró restañar parte de las heridas abiertas tras desvelarse que negociaba la compra de la compañía británica Scottish Power sin haber informado formalmente al consejo ni a su recién estrenado accionista, la constructora ACS. Ésta es propietaria del 10% del capital de Iberdrola (controla también un 35% de Unión Fenosa) y no tiene presencia en los órganos de administración de la compañía.

De acuerdo con el comunicado enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el consejo de Iberdrola "tomó razón" de la existencia de negociaciones con Scottish Power "de cara a un acuerdo de integración de ambas compañías". Además, respaldó las negociaciones emprendidas y decidió que sigan adelante.

Consejo y junta

Si se alcanzara un principio de acuerdo "satisfactorio para ambas partes", según detalla el comunicado, la dirección de Iberdrola deberá someterlo a la aprobación del consejo de administración y, en su caso, de la junta de accionistas.

Aunque la comunicación habla de un posible "acuerdo de integración", el propósito de Iberdrola, según precisaron ayer fuentes cercanas a la operación, es adquirir el 100% del capital del grupo escocés. La compañía española, cuyo valor en Bolsa duplica el de la compañía británica (32.000 millones de euros frente a 16.000). Los planes que se barajan en la eléctrica española contemplan llevar a cabo la adquisición en solitarios (sin participación de fondos de capital riesgo) y financiada mediante ampliación de capital y deuda.

Scottish Power, precisó Iberdrola en su comunicación a la CNMV, se encuentra en un periodo de oferta (offer period) tal como se define este término en la normativa británica sobre mercados (UK City Code on Takeovers and Mergers), es decir que está abierta a recibir ofertas.

Con el respaldo explícito del consejo de la compañía, Sánchez Galán obtiene un balón de oxígeno para sus planes. Éstos se basan en ganar tamaño en Europa y, en la medida de lo posible, ser actor y no mero espectador en la batalla energética que se libra en el continente. El movimiento de Iberdrola en Reino Unido (con el mercado energético más abierto de Europa) es coherente con otra idea expresada hasta la saciedad por Sánchez Galán: en España no es posible una fusión porque la legislación impone una serie de condiciones (limitaciones y desinversiones) que hacen que "uno más uno" no sumen dos.

Iberdrola y Fenosa

El problema para la cúpula de Iberdrola es que el nuevo accionista, ACS, no oculta el interés por una posible fusión Iberdrola-Unión Fenosa. Fuentes cercanas a Sánchez Galán no descartan ninguna posibilidad a futuro, pero remarcan que, en cualquier caso una fusión no será posible en España mientras no cambie la legislación.

En los últimos días, Sánchez Galán ha logrado suavizar el malestar expresado por el entorno de Florentino Pérez (presidente de ACS) al conocer sus maniobras en Reino Unido. Pero ha tenido que emplearse a fondo porque el recelo se extendía también a algunas entidades que han apoyado financieramente a la constructora en su apuesta por Iberdrola.

De hecho, BBVA (5,5% del capital) y la BBK (7,5%) reclamaron ayer a los ejecutivos de Iberdrola que faciliten al máximo información sobre sus contactos con Scottish Power (una compañía que también pretendió el año pasado el grupo alemán E.ON), algo que lógicamente tendrá como límite la estricta legislación británica al respecto.

Por otra parte, el consejo de Iberdrola aprobó el reparto de un dividendo a cuenta de 0,45 euros brutos por acción, un 22,6% más que el repartido por el mismo concepto en 2005.

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