Baraja vuelve hecho un figurín

Repleta la enfermería, Quique Flores se agarra al regreso de dos veteranos, Baraja y Vicente, para refrescar al Valencia ante la visita del Athletic. El extremo vuelve tras un mes lesionado y el medio después de dos y medio en el dique seco. A los 31 años, Baraja se ha machacado para colarse en un centro del campo en el que Albelda y Edu se combinaban estupendamente hasta las lesiones. El cuerpo técnico ha obligado a los jugadores a descender su índice de grasa hasta menos del 11% y ha apretado las tuercas a los medios, los que más desgaste tienen en los partidos: de 10 a 12 kilómetros. Edu, por ejemplo, ha perdido dos kilos respecto al curso pasado. Baraja, casi cuatro.

"Se lo ha tomado muy en serio. Ha sido muy escrupuloso", apunta el preparador físico, Paco de Miguel. Baraja ha cuidado al máximo su dieta e incluso ha mantenido durante su inactividad el mismo peso que tenía cuando se lesionó. En más de 10 semanas, apenas un gramo más. Y listo para debutar en la Liga.

El Valencia no multará a Villa por su expulsión del entrenamiento del jueves. "Tuvo un mal día. Hizo seis entradas de tarjeta roja y eso no me sirve. Con una ya estaría fuera del partido. La mala leche de ir al choque sí que la quiero", explicó Quique. El técnico se mostró molesto porque el director deportivo, Amedeo Carboni, se llevara hace dos días a Vicente a Milán para ser examinado por un médico italiano. "Para mí, con los médicos del Valencia es suficiente", concluyó.