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La negociación para reformar la política del vino concluye sin pacto

Los ministros comunitarios de Agricultura han cerrado sin acuerdo las negociaciones políticas sobre la propuesta de la Comisión Europea para reformar la OCM (Organización Común de Mercado) del vino. A partir de estos debates se espera que Bruselas haga su propuesta de reglamento para debatirla en el segundo semestre de 2007. En medios agrarios, ante las fuertes discrepancias entre los Estados miembros, se espera que la propuesta definitiva suponga un equilibrio entre los intereses de los países del sur y el norte de la Unión Europea. Éstos son los principales aspectos:

- Presupuesto. Bruselas mantiene la ficha financiera de 1.270 millones de euros. El debate no radica en el volumen global de los recursos, sino en la distribución. España aspira a percibir un volumen igual al recibido en los años precedentes, aproximadamente el 40% del total. Se baraja la posibilidad de asignar sobres nacionales y que cada Estado lo utilice en lo que más le interese.

- Potencial productivo. Bruselas mantiene su propuesta de eliminar en los próximos cinco años 400.000 hectáreas, lo que supondría el 40% del presupuesto comunitario. Todos los países rechazan los arranques y se baraja que haya ciertas limitaciones por zonas para evitar abandonos masivos y que los Estados pudieran fijar restricciones.

El sector asume la propuesta de mantener el potencial productivo, pero no entiende que Bruselas proponga a la vez liberalizar las plantaciones de viñedo y que se asuma además la importación de mosto concentrado de terceros países para transformarlo en vino comunitario, lo que supondría más excedentes.

- Regulación de mercados. Bruselas planteaba inicialmente eliminar todos los mecanismos de regulación. A partir de las negociaciones con los Estados miembros, la Comisión mantiene su rechazo a la destilación de crisis, pero aceptaría mantener la destilación de vinos para usos de boca, para elaborar, por ejemplo, brandy. En el caso de España, ello supone eliminar cada campaña unos siete millones de hectolitros de vino.

El mantenimiento de este mecanismo reclamado por los países del sur podría suponer que la UE no elimine en alguna medida la chaptalización o enriquecimiento con azúcar del vino, algo reclamado por los países del norte y que, en principio, también quería eliminar Bruselas.

- Prácticas enológicas. Los países y Bruselas coinciden en que se permitan las prácticas enológicas y de etiquetado permitidas por la Oficina Internacional del Vino y que aplican terceros países. A la vez reclaman una mayor libertad en la elaboración de vinos. El sector pide que se mantengan los mecanismos de protección para las indicaciones geográficas y las denominaciones de origen como patrimonio de calidad que tiene la UE.

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