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Reportaje:Motociclismo | Gran Premio de Valencia, última carrera del Mundial

Protección para Lorenzo

El español, que será campeón si finaliza entre los cuatro primeros, arranca segundo y escoltado por cuatro motos Aprilia

Oriol Puigdemont

Olvidado el bochornoso gatillazo que sufrió hace quince días en Portugal, dónde terminó quinto a seis segundos del vencedor, Jorge Lorenzo ha recibido el apoyo de toda una fábrica, Aprilia, volcada como está la casa de Noale en su piloto estandarte para recuperar el título mundial de la cilindrada intermedia del motociclismo. Y, de momento, el corredor mallorquín les devolvió ayer el guiño apuntándose el segundo mejor registro en los ensayos definitivos que le sitúan en primera fila de cara a la carrera de hoy; una inmejorable posición de arrancada de cara a coronarse campeón del mundo en la cilindrada de los 250cc. La pole fue para el japonés Hiroshi Aoyama.

La hegemonía de Dani Pedrosa, bicampeón del mundo del cuarto de litro los años 2004 y 2005 a los mandos de una Honda y actual buque insignia de la marca del ala dorada, dejan ya lejos el último cetro que viajó hasta Noale. Fue gracias a la mano del sanmarinense Manuel Poggiali, que lo alzó al finalizar la temporada 2003. Pasados tres años, Lorenzo tiene la posibilidad de convertirse en el décimo piloto de la historia del motociclismo español que consigue un título mundial. Para ello sólo debe cruzar bajo la bandera de cuadros entre los cuatro primeros clasificados algo que, debido a su incuestionable potencial y al superior rendimiento que esta temporada están demostrando las motos Aprilia, podría parecer pan comido. Nada más lejos de la realidad para un piloto poco fogueado en tales fregados, cuando la presión del título achucha y el oponente se muestra frío como el hielo bien sea encima de la moto o al descabalgar de ella. Andrea Dovizioso, un piloto italiano un año mayor que el español, lo tiene casi todo perdido, deambula segundo en la clasificación general con trece puntos menos que Giorgio y cabreado debido a la escasa velocidad punta de su Aprilia y a una aceleración que también va muy por detrás de la Aprilia del mallorquín. Pero ya es campeón del mundo, título que consiguió hace dos años con notable suficiencia, y sólo eso debería incomodar a su único rival en la lucha por el campeonato

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El italiano arrancará séptimo, desde la segunda fila de la parrilla, pero con un muro prácticamente infranqueable que le impedirá progresar y salir disparado en busca de la victoria, la única opción que le queda a Dovi pero que, a su vez, no le asegura nada si Lorenzo concluye entre los cuatro primeros. Cuatro pilotos subidos a motos Aprilia [Álex de Angelis, Roberto Locatelli, Marco Simoncelli y Héctor Barberá] le precederán en la parrilla de salida y, con la mayoría de contratos para el año próximo aún por firmar, los corredores que se agarran a cualquiera de las motos italianas que inundan la parrilla tomaron buena nota de lo que ocurrió hace quince días en Estoril durante la carrera de MotoGP -dónde Dani Pedrosa arrolló a Nicky Hayden-, y se colocarán el mono de trabajo para tratar de echarle un cable a Lorenzo.

Al menos eso es lo que espera Giampiero Sacchi, director deportivo del grupo Piaggio, propietario de Aprilia: "Lo único que les he pedido a nuestros pilotos es que mañana [por hoy] piloten de forma inteligente. Este título es muy importante para nosotros", aseguró Sacchi. "En la fórmula 1 las órdenes de equipo están explícitamente prohibidas en el reglamento del campeonato. Aquí no. No puedo exigirle a un piloto que no está contratado por mí que haga tapón aunque corra con una Aprila", cercioró Sacchi que, a pesar de lo mucho que está en juego hoy, se muestra más que tranquilo con la protección que hoy recibirá Lorenzo.

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