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Reportaje:

Líbano, años cincuenta y sesenta

Una exposición de fotografías de Hashem el Madani en Caixafòrum plasma la evolución de la sociedad en el país

Hashem el Madani (Sidón, 1928) jamás se consideró un artista. Incluso ahora que sus fotografías se exponen en prestigiosos centros de arte y se venden en grandes ferias internacionales, continúa pensando en sí mismo como un artesano. "Me gustaría haber retratado a todos los residentes de mi ciudad y he conseguido fotografiar el 90%", afirmó Madani durante la presentación de la exposición Retratos de estudio y paseos fotográficos, abierta en Caixafòrum hasta el 11 de febrero.

Tal como indica el subtítulo Un proyecto en curso de Akram Zaatari, la exhibición forma parte de una iniciativa impulsada por el fundador de la Arab Image Foundation de Beirut, que se propone reconstruir la evolución de la sociedad libanesa a través de las más de 100.000 imágenes contenidas en los archivos del Estudio Sherazade, que Madani abrió en su ciudad natal en 1952. "El proyecto de Madani consiste en exposiciones, publicaciones y producciones artísticas centradas en la obra de este autor. Esta es la segunda exhibición. La primera -Studio practices- analizaba el proceso de trabajo de Madani a partir de los retratos de estudio y la próxima se centrará en los vendedores y las tiendas del zoco", explicó Zaatari quien, además de comisario, es autor de dos vídeos incluidos en la selección y de una gran reproducción en color del Estudio Sherazade, que da paso a dos recorridos concéntricos: uno para las imágenes en interiores y el otro para los exteriores.

En total se muestran 196 fotografías impresas para la ocasión, más unas 200 copias de época de pequeño formato, que en conjunto ofrecen un retrato de la ciudad multiconfesional de Sidón, en el sur de Líbano, a lo largo de las décadas de 1950 y 1960. Están las fotos de una pareja, sacadas de los negativos rayados por el marido, cuyos celos llevaron a la mujer al suicidio; la gente con los atuendos festivos del fin del Ramadán; Abed, el modista, a quien Madani pidió asumir poses de mujer; el verdulero que se comía lo que no vendía; los nísperos enjaulados para evitar los picotazos de los pájaros e incluso una imagen donde se ve la sombra del autor. "Era un principiante, ni siquiera se me ocurrió que mi sombra podría aparecer en la imagen", se lee en la cartela.

Los pies de foto, redactados por Zaatari a partir de los relatos de Madani, dan fe de la prodigiosa memoria del fotógrafo y de la vida cotidiana de los libaneses, antes de que en 1978 Israel empezara su cadena de bombardeos e invasiones. "Durante la guerra del pasado verano el archivo se mantuvo a salvo en la sede de la fundación y esta vez en Sidón sólo hubo dos bombardeos, pero durante los ataques israelíes de 1982 el estudio de Madani se quemó y el fondo se salvó de milagro", recordó el comisario.

Musulmán practicante, pero no fundamentalista, Madani nunca utilizó la fotografía como arma política, aunque inmortalizó a numerosos combatientes palestinos y sirios. "Hay muchos retratos de hombres armados, pero no deben ser vistos como propaganda, sino como un aspecto de la sociedad de la época. En este caso hemos seleccionados imágenes de militantes que prefirieron posar sin armas", señaló Zaatari.

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