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La guerrilla kurda decreta un alto el fuego unilateral en Turquía

La guerrilla separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) declaró ayer un alto el fuego unilateral a partir de hoy, con lo que obedece al llamamiento que su líder, Abdulá Ocalan, hizo en la tarde del jueves. Ocalan pidió al PKK que renuncie a la lucha armada en un comunicado difundido a través de sus abogados, tras reunirse con ellos en su celda de la cárcel de máxima seguridad de la isla de Imrali, en el mar de Mármara, donde permanece como único recluso desde 1999.

El PKK -considerado como organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos- dispone de campos de entrenamiento en el norte de Irak desde donde emprenden sus incursiones contra territorio turco.

Según informó en su página de Internet la agencia kurda Firat, próxima al PKK y que tiene su base en Europa, la duración de la tregua es indefinida y seguirá vigente siempre que no haya ataques al PKK por parte del Ejército turco.

La declaración de la tregua ha sido hecha en las montañas de Kandil, en el norte de Irak, refugio de la cúpula del PKK. "No habrá actividad guerrillera excepto el movimiento de nuestros hombres para cubrir sus necesidades naturales", señala la declaración, que pide a todos los mandos del PKK reorganizarse en esta nueva etapa para conseguir que triunfe el alto el fuego.

Al llamamiento al alto el fuego por parte del líder del PKK, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, respondió el viernes: "Un alto el fuego se firma entre Estados, pero no aparece apropiado firmarlo con una organización terrorista".

Choques frecuentes

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Ésta es la segunda tregua del PKK, después de la que declaró en 1999 tras la captura de su jefe Ocalan por fuerzas especiales turcas en Nairobi, con la colaboración de los servicios secretos de Israel y EE UU. El Gobierno turco no redujo entonces la presión sobre el PKK. Cinco años después el movimiento separatista kurdo volvió a las armas, primero con actos de violencia esporádica, y últimamente con choques cada vez más frecuentes con tropas turcas en la región del sureste de Anatolia (de mayoría kurda) y con atentados contra centros turísticos por toda Turquía de grupos ligados al PKK.

El incremento de la violencia rebelde ha causado la muerte de más de una decena de soldados y policías durante las últimas semanas. Milicianos que estarían directamente relacionados con el PKK han atacado también poblaciones turísticas este verano y han causado la muerte de tres personas. Desde que el PKK se alzó en armas en 1984, más de 37.000 personas han perdido la vida en Turquía.

La nueva oferta de alto el fuego se produce tras el nombramiento del nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército turco, del general Yasar Büyükanit, partidario de una política de mano dura con la guerrilla.

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