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Obiols apoya a Montilla en la conmemoración de los 30 años del primer mitin socialista

Miquel Noguer

Treinta años después del primer mitin socialista desde el advenimiento de la democracia, el Partit dels Socialistes (PSC) reunió ayer a sus más históricos militantes alrededor de su candidato a la presidencia de la Generalitat, José Montilla, en un acto de conmemoración de lo que significó el llamado "mitin de la libertad". En la sede socialista de la calle de Nicaragua de Barcelona y no en el palau Blaugrana como hace 30 años, tomaron la palabra, además de Montilla, el ex primer secretario del partido Raimon Obiols y el senador Isidre Molas.

Obiols, que en el traumático congreso de Sitges de 1994 comenzó a ver menguada su influencia en el partido por el fulgurante ascenso de Montilla y su entorno -los célebres capitanes-, no dudó ayer en apelar a la unidad de la familia socialista. Incluso tuvo palabras de apoyo para el que fue uno de sus rivales internos. Así, animó a votar a Montilla "aunque sólo sea para hacer la prueba del nueve de la afirmación 'somos y seremos un solo pueblo".

El histórico dirigente del PSC, sin embargo, recordó que en el mitin de 1976 había representada una enorme variedad de tradiciones políticas que el PSC fue capaz de agrupar en un único partido. Por ello criticó a quienes ahora hablan de "dos almas enfrentadas" en el seno del partido, la más académica y catalanista, encarnada por Pasqual Maragall, y la heredera del socialismo procedente de la inmigración, representada por el actual primer secretario.

Montilla también se remontó en la historia para desactivar cualquier ataque en el sentido de que el PSC nunca ha creído en el autogobierno de Cataluña. El candidato del PSC acusó de "intérpretes sectarios del catalanismo" a quienes hoy en día insisten en esta idea.

Por otra parte, Montilla, que también participó ayer en Madrid en el foro de Europa Press, confió en obtener el 1-N un resultado que le permita gobernar "sin hipotecas", es decir, sin un pacto de legislatura y mediante acuerdos parlamentarios concretos como José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso. "A eso aspiro y no a pactar con otras formaciones políticas", expresó.

No obstante, admitió no "ser iluso" porque el resto de los partidos van a intentar firmar alianzas de gobierno. En este sentido, alertó del riesgo de un pacto entre las dos formaciones nacionalistas, Convergència i Unió y Esquerra Republicana, que "generaría problemas de cohesión interna en Cataluña y podría comportar problemas serios de enfrentamiento con el Estado y el resto de España" porque ambos, precisó, "competirían para ver quién es más soberanista".

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Ayer mismo, los dos máximos dirigentes de Esquerra, Josep Lluís Carod y Joan Puigcercós, admitieron que su formación podría pactar con CiU y dar sus votos para favorecer la presidencia de Mas. Los republicanos exhibieron una vez más su tradicional equidistancia en época electoral. CiU, por su parte, consideró la propuesta una "trampa" y apeló a "respetar" al ganador de los comicios.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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