Cómoda espera
La inversión encara esta semana con una razonable duda sobre cómo afectarán a los mercados de valores las conclusiones de las numerosas reuniones de alto nivel económico que se van a celebrar. Los temores de inversores y analistas se centran en las evaluaciones de la coyuntura económica que salgan del FMI y del G 7, mientras que del lado de la OPEP no se esperan grandes novedades.
La cuestión de fondo está en la propia altura de las cotizaciones, pues la mayoría parecen soportar mal las adversidades en un momento en el que los máximos históricos se producen casi a diario.
El Ibex 35 cedió ayer el 0,22%, pero consigue mantener el nivel de los 12.000 puntos gracias al empuje de Telefónica -al parecer, firme candidata a entrar en Italia- y del sector inmobiliario, en el que destacaban las subidas de Urbas, Inmocaral y Metrovacesa, todas ellas inmersas en importantes ajustes de su accionariado. El Ibex medium cedió el 0,20% y el de las empresas pequeñas el 0,19%, lo que permitía considerar estos resultados como una respuesta positiva ante las dificultades planteadas.
Las repercusiones de los máximos del petróleo del pasado mes de julio sobre la inflación han pasado a un plano más secundario, pues se cuenta con que los descensos posteriores de los precios consigan suavizar ese posible impacto y, llegado el momento, anularlo debido al actual nivel de los precios, que ayer bajaban por debajo de los 66 dólares el barril, los niveles del pasado mes de marzo. Los temores a nuevas subidas de los tipos de interés están, por el momento, aparcados hasta que puedan confrontarse los próximos datos de IPC y de crecimiento económico.
La contratación en el Mercado Continuo se mantiene en un nivel neutro, con 2.353,82 millones de euros y con una actividad institucional mínima.
