El crecimiento económico español se eleva al 3,7% por la mejora del sector exterior
La tasa es la más alta en cinco años y supera la de la zona euro, Estados Unidos y Japón
La economía española continúa pisando el acelerador. El producto interior bruto (PIB) avanzó a una tasa anual del 3,7% en el segundo trimestre, una décima más que en el primer trimestre y al mayor ritmo de los últimos cinco años. El diferencial de crecimiento con la zona euro se reduce dos décimas, pero sigue siendo de 1,3 puntos. España crece también por encima de EE UU (2,9%) y Japón (2,2%). El consumo familiar y la construcción siguen siendo motores del crecimiento, pero pierden algo de peso en favor de la inversión y la exportación, dos de los puntos negros de la quinta economía europea.
La economía española crece a buen ritmo, según los datos de contabilidad nacional publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El PIB registró un crecimiento intertrimestral del 0,9% -el mayor desde finales de 2001- y avanzó a un ritmo anual del 3,7%. Sin embargo, el incremento del empleo fue menor, del 3,1%, con lo que se crearon 73.000 puestos entre los meses de abril y junio. En el último año, por tanto, se han creado 555.300 empleos.
En el aumento del PIB se observa una mejora en el sector exterior, que es uno de los talones de Aquiles de la economía española junto a la elevada inflación. Aunque las importaciones todavía crecen a mayor ritmo que las exportaciones, el sector exterior restó 1,1 puntos al crecimiento del PIB, frente a los 1,4 puntos que drenó en el primer trimestre.
Las exportaciones crecen menos que en el anterior trimestre (un 5,3% frente al 9,1%), pero las importaciones también reducen su crecimiento (hasta el 7,9% del 12,4%), con lo que la brecha que les separa es menor. Las cifras del primer trimestre fueron anormalmente altas tanto en exportaciones como en importaciones, lo que hace que la cifra de este trimestre sea considerada positiva.
El secretario de Estado de Economía, David Vegara, explicó ayer los datos en conferencia de prensa e incidió en que la economía "crece sólidamente a pesar de los elevados precios del crudo y las subidas de los tipos de interés". Vegara también aplaudió el resultado del sector exterior y auguró "una mejora" por la fuerza con la que crecen las economías europeas.
Próxima revisión al alza
La cifra de crecimiento del segundo trimestre llevó a Vegara a afirmar que la próxima previsión de crecimiento del PIB para el conjunto del año puede ser superior a la última que realizó el Gobierno y que lo situaba en el 3,4%.
La economía española sigue siendo la liebre de Europa, con un crecimiento del 3,7% frente al del 2,4% de la media de la zona euro. No obstante, el mayor crecimiento de la zona euro ha reducido el diferencial en dos décimas en relación a los datos del trimestre anterior, de 1,5 a 1,3 puntos. España también se expande a un mayor ritmo que las dos mayores economías del mundo: EE UU, que creció en el segundo trimestre a una tasa anual del 2,9%, y Japón (2,2%).
La otra cara de la mejora del sector exterior es la moderada reducción del peso de la demanda interna en el crecimiento. Así, su aportación positiva es de 4,8 puntos, dos décimas menos que en el primer trimestre. El consumo interno se redujo del 4% al 3,6%. El crecimiento de la inversión fue del 6,1%, una décima menos que en el trimestre pasado. Sin embargo, Vegara destacó que son ya muchos los trimestres que esta partida crece con fuerza, lo que ha provocado una acumulación de capital que "incide sobre la productividad y el dinamismo empresarial". Destaca el aumento de la inversión en bienes de equipo, una de las partidas clave en el impulso de la productividad, que aumentó un 9,1%, con lo que es el séptimo trimestre seguido que crece por encima del 8%.
Pese a todo, los analistas esperaban que el consumo interno perdiera más peso. "La subida de los tipos de interés en Europa y los elevados precios del petróleo hacen que se retraiga el consumo y la inversión, en una tendencia que va en aumento", explica Álvaro Lisón, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). "La recuperación del sector exterior ayudará a la economía española a compensar un menor consumo interno", explica. "Sobre todo si se produce una recuperación económica de los países del euro y, en concreto, de Francia, que recibe un 10% de las exportaciones españolas".
La construcción, el buque insignia de la llamada economía del ladrillo, sigue teniendo fuerza y crece una décima menos que en el trimestre anterior, al 5,7%. La productividad, uno de los síntomas de salud de una economía, crece moderadamente, del 0,4% del trimestre pasado al 0,6% de éste.
Equilibrios y desequilibrios
La tesis del Gobierno de que los datos del segundo trimestre empiezan a mostrar cierto cambio en el patrón de crecimiento no es compartida por la oposición. Economía pone el acento en la mejora del sector exterior y la moderación del consumo y la construcción, aunque éstos sigan siendo el principal motor de la economía. El Partido Popular pone el acento en esto último.
Según el portavoz popular Miguel Arias Cañete, la economía sigue mostrando el mismo patrón, "basado en la evolución de la construcción, un fuerte déficit exterior con una desaceleración de las exportaciones y una elevada inflación", con lo que "el crecimiento está siendo muy desequilibrado".
Para IU, el crecimiento es bueno pero con matices. "Los datos son positivos, aunque quedan ensombrecidos por el injusto reparto que se viene produciendo en nuestro país, y por una dependencia excesiva tanto del consumo interno como del sector de la construcción", según el coordinador de Economía y Trabajo de IU, Javier Alcázar.
Para CC OO, la inversión sigue dependiendo excesivamente de la construcción. Además, según el sindicato, una gran parte de las empresas españolas están profundizando en un modelo de competitividad apoyado en salarios bajos y peores condiciones de trabajo, desaprovechando la oportunidad de disponer de dinero a precio asequible para transitar hacia un sector productivo con mayor valor añadido en bienes y servicios.
UGT pidió más inversiones públicas en tecnología y conocimiento para cambiar el actual modelo de crecimiento económico, basado principalmente en la demanda interna y la construcción y apostando más por la tecnología y el aumento de la productividad.
