_
_
_
_
_

Saturnino García repasa su vida "hasta el Goya"

El actor Saturnino García ha condensado los 71 años de su vida en un libro de apenas 150 páginas. Del dónde y cómo al porqué es el título de la autobiografía que le ha publicado la Fundación Lumière y que ayer presentó en Bilbao en un ambiente distendido, rodeado por amigos "de toda la vida" y admiradores, todos aguardando a que el actor les firmase un ejemplar.

Nacido en Barriones de la Vega (León), en 1935, y emigrado al País Vasco "con 17 años", como recordó, García se extiende en sus años de niñez y juventud, que ocupan la mayor parte de los 15 capítulos de la obra. La autobirografía concluye en 1995, cuando gana el Goya al Mejor Actor Revelación por su papel en Justino, un asesino de la tercera edad, de La Cuadrilla. "Lo considero el colofón de mi carrera", afirmó ayer el actor.

El proyecto de la autobiografía surgió "impensadamente", como asegura que le ha sucedido casi todo en la vida. Precisó que en sus recuerdos ha sido todo lo "fidedigno" que ha podido: "Me ha gustado mucho decirme a mí mismo todas las verdades".

El libro comienza con sus andanzas de niño en su pueblo natal, "una historia de ambiente rural". El segundo capítulo se detiene a narrar cómo su existencia ha sido una cuestión de fortuna, ya que el médico le dijo a su madre que aquel bebé enclenque no viviría y le encargó que le alimentase con "sopas de ajo", como recuerda el título del capítulo.

Pero García vivió y ahora recuerda lo que significó su vida en ese pueblo y el cambio tremendo que le significó volverse "urbano" cuando su familia se trasladó a Bilbao en busca de mejores perspectivas laborales al abrigo de la floreciente industria. Él mismo trabajó "en seguida" en la industria, pero reconoce que siempre estuvo ligado "al ambiente donde había escena", a la cultura.

A pesar de este periplo, el protagonista de más de medio centenar de largometrajes, una veintena de series de televisión, un sinfín de representaciones teatrales y algún que otro recital, no cree que la suya sea una vida "de fenómeno". "Mucha gente ha hecho carrera saliendo de la nada; yo, simplemente, desemboqué en actor y ello conlleva ciertos éxitos. El oficio de actor, más que preparación, es algo que llevas dentro, que está en tu propia sensibilidad", ssotuvo y añadió que, para él, actuar sigue siendo un juego y no un trabajo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_