Negar su propio escándalo
A pesar de encontrarnos en el siglo XXI, la Iglesia católica sigue escandalizándose por las críticas que artistas como Madonna o Leo Bassi plantean, en su legítimo derecho a expresarse. La coacción que desde hace meses lleva sufriendo Leo Bassi con su obra La revelación, incluyendo un intento de atentado en un teatro donde representaba, pone en evidencia que el respeto a la libertad religiosa en nuestro país es algo en lo que aún debemos profundizar.
No logro entender qué es lo que le escandaliza tanto a la Iglesia católica de la representación que hizo Madonna en Roma. ¿Quizá que se plantee la imagen de Cristo en una mujer? ¿O que en 1989 Madonna sacara a escena un Cristo de raza negra? Es increíble que después de tachar estas representaciones de "blasfemia", la Iglesia vaticana pretenda negar que sea machista y racista.
Que el Vaticano no sepa asumir las críticas, y considere escandalosa cualquier otra interpretación de Dios distinta a la suya, y no considere intolerables las injusticias de género dentro de la propia Iglesia, ni la discriminación racial arrastrada durante siglos, hace pensar que simplemente no está preparada para sobrevivir en el modelo de sociedad que tendremos en un futuro próximo.
Nunca veremos a una mujer sacerdotisa católica ni a un papa de raza negra. A pesar de los esfuerzos de personas públicas como Madonna o Leo Bassi. Seguirán escandalizándose de todo menos de ellos mismos.