"Hay que mejorar la competitividad de las empresas"

Javier Gómez-Navarro (Madrid, 1945), ingeniero industrial, ha sido reelegido con el 87,4% de los votos presidente del Consejo Superior de Cámaras para un periodo de cuatro años. Conocedor tanto del mundo de la empresa como de la Administración y bien relacionado con el actual Gobierno, considera que las cámaras de comercio siguen siendo unas grandes desconocidas incluso para las empresas, que son quienes las financian y quienes tienen que recibir sus servicios.

Gómez-Navarro reclama que la patronal CEOE reconozca el papel de las cámaras y asegura que éste puede entenderse sin duplicar sus funciones, sobre todo en la expansión y representación exterior de la empresa española.

Pregunta. ¿Cuáles son sus prioridades en el nuevo mandato que comienza?

"Puede decirse que las cámaras han estado un poco dormidas y acomodadas"

"Cuando se defina el modelo, podremos aportar gestión y trabajo a los aeropuertos"

"Es fundamental tener buena relación con el Gobierno porque eso redunda en mejoras"

Respuesta. El eje fundamental de mi programa es ayudar a mejorar la competitividad. El reto es elevar la competitividad de nuestras empresas como gran asignatura pendiente. Asimismo, me volcaré en el fomento de la creación de empresas, la mejora en la formación empresarial y en acercar la universidad al mundo de la empresa. Por último, es fundamental la internacionalización de la empresa española con la ampliación de la nómina de firmas exportadoras. Hay que pensar que el futuro de las empresas es la multilocalización, es decir, que producirán en varios países con varias realidades económicas y laborales.

P. ¿Qué utilidad tienen las cámaras?

R. Las cámaras están llamadas a ejercer un papel económico relevante. Aunque hay que reconocer que hay empresas que no conocen bien lo que somos y lo que hacemos. Puede decirse que las cámaras han estado un poco dormidas y acomodadas.

P. ¿Cómo puede resolverse el largo enfrentamiento con la patronal CEOE?

R. Cada uno tiene su papel y están definidos. Ellos son una patronal y deben abordar los temas salariales y sociales, algo en lo que no entramos. Luego hay un ámbito en el que podemos solaparnos, como la representación exterior de las empresas, que requiere organizar. De todos modos, la mayor implicación entre ambos órganos favorecerá un mejor entendimiento.

P. Las diferencias se hacen más visibles en los viajes al exterior de delegaciones empresariales. ¿Cómo se puede resolver este tema?

R. Esos roces que se producen se pueden resolver por la vía de trabajar juntos. Cada uno debe hacer lo que mejor sabe y siempre puede organizarse atendiendo al perfil de cada viaje y, por supuesto, podemos hacerlos juntos porque el objetivo no es otro que ampliar la nómina de empresas que exportan, que sólo son 50.000 de los 2,5 millones de empresas censadas en España.

P. ¿Usted ha mostrado su preocupación por el riesgo de la unidad de mercado?

R. No es tanto el riesgo de la ruptura de mercado como la tentación que tienen algunas comunidades de ser originales en su propio territorio, lo que al final supone un coste añadido para las empresas por la falta de uniformidad en las normas.

P. ¿Cómo sería su entrada en la gestión de los aeropuertos como ha reclamado?

R. Hay varios modelos posibles. En Francia las cámaras gestionan los aeropuertos, en Italia lo hacen de forma compartida. En España, cuando se defina el modelo futuro, nosotros podremos aportar gestión y trabajo.

P. ¿Están politizadas las cámaras?

R. Creo que no. Las cámaras tienen que ser independientes, aunque ello no significa que no tengan sensibilidad política. Lo que es fundamental es tener buena relación con el Gobierno porque eso redunda en mejoras de la operativa. La relación con el Gobierno debe ser fluida para que su labor sea útil para las empresas.

P. ¿Cómo se enseña a las empresas a innovar y sobre todo a las pequeñas?

R. La innovación es un concepto que parece teórico pero con una mecánica que se puede aprender en el día a día. A lo mejor, en una pequeña empresa, la innovación, en lugar de consistir en implantar nuevas técnicas, puede consistir en cambiar el producto o el servicio para competir mejor.