_
_
_
_
_
Reportaje:Alemania 2006 | Brasil-Francia

"Brasil sí nos respeta"

"Ahora es nuestro momento, pero no conviene alzar la voz", advierten Vieira y Makelele, mientras Doménech avisa: "Somos viejos, pero pacientes"

"Somos viejos, pero pacientes", dice Raymond Doménech con la vista puesta en Brasil. Entre Makelele y Vieira, el cemento de Francia, suman 63 años. Y mucha paciencia. Sobre todo, con el propio Doménech. Vieira, a pesar de ser un cáncer, el signo predilecto del entrenador, ha jugado como interior derecho hasta el comienzo del campeonato. Y Makelele entraba y salía del equipo sin que se supiera muy bien el grado de confianza que tenía en él.

A ninguno de los dos les entretienen demasiado los aficionados que se agolpan en las prácticas del equipo. La deslumbrante figura de Ribéry, el único con más camino por recorrer que recorrido, les permite acercarse a las vallas y bromear sin que nadie les incordie mucho. La prensa francesa tampoco ha sido muy devota de ninguno de los dos. A Makelele le ha ignorado. A Vieira, peor: le ha criticado con insistencia.

Más información
"El gol tiene el poder de adelgazar"

Makelele, el hombre capaz dar la vuelta al mundo en 90 minutos, advierte de que los brasileños "sí" les "respetan" y "no se van a tomar a la ligera a Francia": "Saben de lo que somos capaces". Lo dice, quizá, como un recuerdo del escaso valor que les otorgaron los españoles antes de perder contra ellos.

Francia ha ganado sus últimos dos partidos. En ambos, la FIFA escogió al medio del Juventus de origen senegalés como el mejor jugador. En ninguna de las dos ocasiones ha querido Vieira tomarse la revancha. "Ahora es nuestro momento, pero no conviene alzar la voz", susurra prudente. Tan prudente que renunció a su brazalete de capitán en favor de Zidane cuando éste decidió regresar al equipo. Tampoco, pese a su veteranía y peso específico, es uno de los conspiradores del vestuario.

Sin embargo, Doménech tiene una relación ambivalente con él. "Sostengo que va a ser uno de los mejores jugadores del Mundial", comentó cuando los medios criticaban al futbolista con mucha dureza. Después, no ha querido destacarle especialmente: "Siempre digo lo mismo: somos 23".

Vieira llegó al Mundial lesionado y ha tenido que seguir un plan de entrenamientos específico con un fisioterapeuta. "Ahora es cuando me encuentro bien de verdad", anunció el pasado jueves; "el equipo, además, se siente liberado después de la victoria contra España. Antes lo hemos pasado muy mal".

Ciertamente, la concentración francesa, en Hamelin, no ha sido precisamente una balsa de aceite.

Claro que la liberación puede que no alcance para derrotar a Brasil. Todos los futbolistas franceses han resaltado la fortaleza de su rival. "Cuando paran un rato en el autobús, se ponen a jugar al fútbol", dice de ellos Henry para describir hasta que punto "el juego es parte de su naturaleza". "Brasil hace soñar, pero nosotros no estamos para sueños", concluye el delantero del Arsenal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_