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Reportaje:Cine en español

'La virgen de los sicarios' y 'En la ciudad'

EL PAÍS presenta mañana, jueves, por 2,95 euros, la adaptación de la novela de Fernando Vallejo, y el viernes, por 5,95 euros, el segundo filme en solitario de Cesc Gay

Dos hermosas historias sobre el amor y el desencanto y que tienen como protagonistas indirectas a las ciudades en que se desarrollan coinciden esta semana en Cine en español. En primer lugar, La virgen de los sicarios, del francés Barbet Schroeder, "un duro retrato de la violencia en la ciudad de Medellín, impregnado de un relato de amor y de desesperanza, enormemente tierno", en palabras de Ángel Fernández-Santos. La segunda, En la ciudad, del catalán Cesc Gay, rodada en Barcelona, "una hermosa película sobre la insatisfacción", fue para el crítico Álvaro Bermejo.

La virgen de los sicarios, del polifacético Barbet Schroeder, que comenzó su andadura en el cine en las filas de la nouvelle vague, "es una película formalmente modélica", como escribió Fernández-Santos: "No tiene hilos sueltos y está perfectamente cerrada sobre sí misma. La virgen de los sicarios, basada en la novela de Fernando Vallejo, es gran cine, y detrás de él se adivina un terrible y fascinante relato, al mismo tiempo lírico y documental, que discurre con los ojos muy abiertos sobre la ciénaga urbana de Medellín". Para Manuel Quinto, en La Vanguardia, La virgen de los sicarios "es la última de las ilusiones rotas de un hombre que ha regresado a su ciudad para morir y se encuentra ante la devoción y el calor de un sicario que le sumerge en una violencia cotidiana que no logra comprender pero que asume como forma de vida". Alberto Bermejo, en El Mundo, completaba la visión de la película diciendo que "retrata un universo dantesco manejado en la sombra por las mafias del narcotráfico, en el que los adolescentes y los niños se convierten en sicarios a cambio de unos billetes que les permitan comprar una moto de gran cilindrada o unas cuantas prendas de ropa, antes de ser tiroteados a su vez por otros sicarios de su misma edad". La película recibió un premio especial en el festival de Venecia de 2000.

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Un heterodoxo extraordinario

Sobre los protagonistas de En la ciudad resumió Alberto Bermejo, en El Mundo, que "son un grupo de gente acomodada, profesionales de éxito, recién sobrepasados los 30, y con una vida familiar o afectiva satisfactoria a simple vista: podrían ser los vistosos personajes de un suplemento dominical. Pero la película va exactamente de lo contrario, de lo que no se ve, de lo que por pudor, por prudencia o por inseguridad se oculta a los más cercanos". Esteve Riambau apuntó en Fotogramas que "se trata de un retrato de la mentira y la hipocresía que cada personaje interpreta a su aire". Y Javier Ocaña, en Cinemanía, dijo que "En la ciudad es una excelente reflexión sobre lo soñado y lo vivido" o aún más, "una de las mejores propuestas del cine español reciente: seria, atractiva, dolorosa, realista, magnífica".

En la ciudad fue la segunda obra dirigida en solitario por Cesc Gay (tras Hotel Room en 1998, hecha en colaboración con Daniel Gimelberg, realizó Krampack en el 2000). Para En la ciudad contó con un excelente y amplio reparto: Eduard Fernández, Mónica López, María Pujalte, Vicenta Ndongo, Alex Brendemulh, Carmen Pla, Leonor Watling, entre varios otros. Riambau apreciaba que En la ciudad "es uno de esos regalos que todo actor espera que se cruce en su camino" y añadía que aunque "resulta difícil hacer distinciones entre los protagonistas sería injusto no reconocer que Mónica López interpreta el papel de su vida. (...) Si el conjunto de la película es sobresaliente, la escena del restaurante en la que el marido ofendido (Eduard Fernández) recrimina el encuentro de su mujer con su amante es digna de ser aplaudida en cada proyección".

Como señaló Pedro Uris en Cartelera Turia, En la ciudad cuenta, además, con "un guión [publicado por Ocho y Medio] que respira sinceridad; con un ajustado trabajo de los actores; y con una cuidadosa puesta en escena. En la ciudad evidencia una envidiable madurez en la mirada y mantiene en todo momento el punto de mira sobre la inteligencia y el sentimiento del espectador".

Imagen de <i>La virgen de los sicarios,</i> de Barbet Schroeder.
Imagen de La virgen de los sicarios, de Barbet Schroeder.
María Pujalte y Jordi Sánchez, en un fotograma de <i>En la ciudad. </i>
María Pujalte y Jordi Sánchez, en un fotograma de En la ciudad.
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