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Òpera a Catalunya cierra temporada con el encanto de 'La flauta mágica'

El tenor Carles Cosías regresa a los escenarios con la obra de Mozart

El ciclo Òpera a Catalunya cierra su 18ª temporada sumándose a la celebración del Año Mozart con un montaje de La flauta mágica que inicia su andadura el próximo miércoles en el teatro La Faràndula de Sabadell. El montaje, bajo la batuta de Daniel Martínez y con dirección escénica de Pau Monterde, supone el regreso del tenor Carles Cosías (Barcelona, 1969) tras casi cuatro años apartado de la escena lírica a causa de las secuelas de una fallida intervención quirúrgica en el estómago que le impedía cantar regularmente. "Vuelvo con ilusión porque la ópera es mi pasión", afirma Cosías.

La ruta que la popular ópera mozartiana recorrerá en el marco del ciclo lírico dirigido por Mirna Lacambra incluye dos funciones más en Sabadell (días 5 y 7) y otras seis funciones programadas en Reus (9), Viladecans (12), Figueres (14), Lleida (16), Sant Cugat del Vallès (19) y Granollers (21). El montaje es una producción de la Associació d'Amics de l'Òpera de Sabadell.

Acompañan a Carles Cosías (Tamino) en el reparto tres sopranos: la coreana Sung-Eun Kim (Pamina), la canaria Elisa Vélez (Reina de la Noche) y la catalana Rocío Martínez (Papagena); el barítono catalán Toni Marsol (Papageno); el bajo argentino Juan Manuel Muruaga (Sarastro), y el tenor catalán Jordi Casanova (Monostatos). En el foso, actúa la Orquestra Simfònica del Vallès.

El viaje iniciático que Tamino emprende en La flauta mágica tendrá en esta ocasión un significado muy especial para Carles Cosías. En diciembre de 2001 debutó en el Liceo en un primer papel, Alfredo, en La traviata, y en su agenda para 2002 figuraban debuts en Madrid, Lyón, Estrasburgo y Toulouse. Todo parecía ir sobre ruedas, pero problemas de salud truncaron su carrera. "No pude cumplir ninguno de esos contratos y desde entonces he actuado sólo en recitales y conciertos, pero nada de ópera", señala el tenor.

"Tenía problemas de reflujo en el esófago, muy molestos para la actividad canora, y decidí operarme antes de mi debut en el Liceo. La intervención no solucionó el problema y encima aumentaron los problemas musculares", explica Cosías. "No podía cantar muchos días seguidos, así que tuve que renunciar a participar en montajes operísticos que te obligan a cantar cada dos o tres días. No podía controlar bien el uso del diafragma, lo que me obligó a limitar mi actividad y renunciar a la ópera".

Dos personas le han ayudado de forma muy especial en estos años, su mujer, la soprano Rocío Martínez, que interpreta a Papagena, y su agente artístico, Miguel Lerín. "Es la primera vez que mi mujer y yo actuamos juntos en una ópera, así que la emoción se multiplica, porque su ayuda ha sido y es decisiva. Y el apoyo de Miguel Lerín ha sido constante en estos difíciles años, en el aspecto humano y en el artístico", dice Cosías.

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La reaparición en Sabadell también es muy significativa para el tenor. "Si todo sale bien ahora, podré decir que mi carrera ha vuelto a comenzar en el mismo teatro en que di mis primeros pasos profesionales", asegura Cosías, que inició su carrera en 1998 y ganó los concursos Manuel Ausensi, de Barcelona, y Operalia, de Hamburgo. Este verano actuará en Ibiza y en Cádiz, y confía en recuperar el tiempo perdido: "Mi sueño era y sigue siendo ser cantante de ópera".

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