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Crónica:Fútbol | 33ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Demasiado tarde

El Atlético, con Marqués y Torres inspirados, mantiene sus escasas posibilidades europeas

Lo que le sucede al Atlético no es tan raro. Ni tan cómico. Hay gente a la que le pasa. Cuando siente que se aproxima a lo que desea, que lo tiene cerca, fracasa ininterrumpidamente hasta que nadie en su sano juicio considere en voz alta que puede conseguir sus propósitos. En ese momento vuelven a irle las cosas bien. Y, así, en un bucle infinito que no se sabe cuándo va a terminar. Pero que para la salud de una entidad con una deuda gigantesca y una masa social que empieza a perder la paciencia conviene que sea pronto.

Ayer, cuando ya es muy improbable que sirva para tener acceso a una competición europea, el Atlético venció. Fue más ambicioso que el Athletic, que tiró el partido hasta casi el pitido final. El conjunto bilbaíno, que planteó el partido con la firme intención de empatar, retrocede algunas casillas en su intento de alejarse definitivamente de la zona de descenso, de la que sólo le separan dos puntos. También Marqués y Fernando Torres tienen algo que ver en el asunto.

ATLÉTICO 1 - ATHLETIC 0

Atlético: Leo Franco; Molinero, Pablo, Perea, Antonio López; Galleti, Ibagaza (Gabi, m. 46), Luccin, Petrov (Valera, m. 76); Fernando Torres y Kezman (Marqués, m. 10).

Athletic: Lafuente; Lacruz, Ustaritz, Luis Prieto, Amorebieta (Dañobeitia, m. 83), Casas; Orbaiz, Murillo; Iraola, Yeste (Tiko, m. 76) y Urzaiz (Llorente, m. 61).

Gol: 1-0. M. 83. Torres cabecea un pase de Gabi.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Perea, Amorebieta, Urzaiz y Fernando Torres.

Unos 45.000 espectadores en el Calderón.

Los radicales madrileños se ausentaron durante los primeros 45 minutos. Nadie los echó de menos
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Marqués, aunque juega bastante bien al fútbol, nunca ha terminado de convencer a nadie en ningún lugar. Marqués, al que el pelo ondulado se le descuelga por la espalda hasta más allá del dorsal, no estaba "centrado", decían. Su entorno no le ayudaba. "Una lástima", insistían. Todos le adulaban. Le susurraban que era un genio. Y Marqués, al parecer, consideraba que esa categoría, la de genio, le daba derecho a comportarse de un modo poco adecuado para una joven promesa. Así, hasta que en el pasado mercado invernal el Racing lo devolvió en calidad de préstamo al filial del Atlético. La policía le había detenido tras chocar en una céntrica calle santanderina y dar positivo en el control de alcoholemia. Eran las cinco de la mañana. Pero Marqués, por algún motivo, se encuentra cómodo cerca del Manzanares. Tiene 22 años y, aunque no es un genio, se convirtió en la mejor referencia ofensiva del Atlético junto a Fernando Torres. Los chicos se entienden.

Marqués entró en el campo en el minuto 10 del primer tiempo. Kezman había aterrizado mal tras un salto con un defensor del Athletic. Como si la espalda de Ustaritz fuera un eje, el serbio rodó hasta caer violentamente al suelo desde más de un metro de altura. Se dañó la región lumbar y salió directamente en camilla en dirección a una clínica madrileña.

Sin embargo, Ibagaza completó uno de sus peores partidos como rojiblanco. Y ha hecho algunos muy malos. Es curiosa la intermitencia de Ibagaza. Y su capacidad de capitalizar en propaganda positiva su innegable talento. Cuando el Atlético rompió su racha de victorias, coincidió con las ausencias por lesión de Ibazaga y Maxi. Todo el mundo achacó el bache a la ausencia del pequeño mediocampista. Nadie recordó que entonces el máximo goleador del equipo era Maxi. Y que al Atlético le cuesta mucho hacer goles. Ibagaza regresó y el equipo siguió perdiendo. Ayer sólo estuvo en el césped 45 minutos. Los primeros. Pero no supo aprovechar la movilidad de Marqués ni las ganas de Torres. Gabi mejoró notablemente su aportación.

Al Athletic, para crear peligro, le bastó con Yeste. Con todos los demás futbolistas pendientes de defender, sólo Urzaiz acompañaba al zurdo en el ataque. Suficiente para que el equipo vizcaíno tuviera algunas oportunidades. El equipo dirigido por Javier Clemente jugaba muy lejos de la portería de Leo Franco. Tres centrales le blindaban atrás y, por delante de ellos, un medio defensivo -Orbaiz- y otro central incrustado en la línea de medios -Murillo-.

Pero a veces, porque a Yeste se le ocurría alguna fórmula mágica para hacerlo, la pelota llegaba al área defensiva rojiblanca. Entonces podían colaborar en la tarea Casas o Iraola por sus bandas respectivas y Urzaiz en el remate. De hecho, dos disparos consecutivos del ariete navarro, que había desaparecido hasta de las convocatorias del Athletic hasta ayer, le dieron ocasión al argentino Franco de recordar a su seleccionador, José Pekerman, que estaba en la grada, el magnífico estado de forma que atraviesa.

Pero Yeste fue sustituido por Tiko cuando faltaba un cuarto de hora. Torres marcó muy pocos minutos después. No hay una relación causa efecto. Pero desde que el Athletic se quedó huérfano de recursos para entrar en territorio enemigo, el Atlético convirtió su dominio en un agobio constante. En esos minutos, el conjunto vasco desapareció para merger casi al final, a la desesperada. En ese epílogo del partido el Athletic tuvo dos oportunidades casi a puerta vacía y, posiblemente, a Iraola le hicieron un penalti. La última ocasión recordó la tendencia al infortunio del Atlético. Llorente se quedó solo con la pelota controlada en el pico derecho del área, pero disparó demasiado alto. Las gradas del estadio Vicente Calderón, de las que los seguidores más radicales se ausentaron los primeros 45 minutos del encuentro sin que nadie les echase de menos, temblaron recordando todas las veces que la angustia final ha privado al equipo madrileño del triunfo.

Torres controla la pelota entre Iraola y Luis Prieto.
Torres controla la pelota entre Iraola y Luis Prieto.EFE

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